jueves, 19 de septiembre de 2019
Películas para desengancharse #59
Se cumplen 91 años de uno de los puntos y aparte de esto llamado cine. LA PASSION DE JEANNE D'ARC, de Carl Theodor Dreyer, o "cómo filmar", así, sin más. Lo de menos es la historia, porque la historia es una chorrada, una leyenda que se creerá quien quiera, o un extraño cruce entre lo beato y lo bélico, aunque lo que le interesa aquí al director danés no es tanto esto último (apenas los últimos cinco minutos) como el registro minucioso, doloroso y sobrehumano del sufrimiento interior de una mártir ante sus jueces y verdugos. Y mucho de ello le debe Dreyer a Rudolph Maté, prestigioso director de fotografía que realiza un soberbio trabajo, especialmente con los rostros, auténticos protagonistas de este film mítico, referencia fundamental no ya del cine mudo, sino directamente del cine de todos los tiempos, marcando un antes y después en la forma de abordar las historias desde el punto de vista cinematográfico. Y habrá quien diga que es aburrida, o pretenciosa, incluso un mero regodeo pictoralista. A mí me parece una obra maestra, básicamente porque se la ha copiado mucho, pero nadie ha llegado a rozar su misterio, que también le debe mucho al rostro de esa actriz prácticamente desconocida que era Maria Falconetti.
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
2 comentarios:
Aunque sea referencial, es aburrida, pretenciosa, un mero regodeo pictoralista.
Amén de beata, que eso da igual, ciertamente.
Yo es que casi ni la veo como una narración, no me interesa lo que se cuenta, sino cómo se cuenta. En ese sentido, siempre hee defendido que es casi un trabajo más de Rudolph Maté que de Dreyer, aunque eso sí que suene a herejía. Yo sé que a usted este director como que no, pero tenía que ponerla...
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