martes, 1 de enero de 2019
Una demencia sensata
Bueno, avisamos antes de nada que hoy empezamos nuevo curso (¡el decimoprimero!) y lo hacemos con Lars von y su nueva propuesta, para que después digan que le tenemos manía al realizador danés. THE HOUSE THAT JACK BUILT no cuenta prácticamente nada (y ni siquiera de una manera distinta) que no estuviese ya en ANTICRISTO o MELANCOLÍA, aunque el referente más potente me parece que lo encontramos en el díptico NYMPHOMANIAC, quizá por su talante de cuasi diario subjetivo contado en primera persona y punteado por un diálogo en off, que aquí permanece invisible hasta sus últimos y sorprendentes minutos. La propuesta indaga en la compleja personalidad del Jack del título, un asesino en serie con Trastorno Obsesivo Compulsivo que va mostrando un sangriento corolario de atrocidades varias, puede que con fines terapéuticos o simple capricho estético. A von Trier ya le tenemos cogido el truco desde hace algunos años, y sus películas se parecen demasiado unas a otras como para esperar que vaya a cambiar por nada; le viene bien esa imagen que se ha cincelado de misántropo desencantado pero incapaz de renunciar al placer de una imagen bien filmada. Y aquí hay mucho de eso, de composiciones, puesta en escena y resoluciones a modo de soluciones, como si el director nos quisiese mostrar su propia personalidad a través de la de este sangriento y amoral personaje. Es curioso, pero creo que tiene escenas francamente divertidas, como los primeros y algo chapuceros asesinatos, como si Jack clamara or ser descubierto pero nadie le presta atención. Además, Matt Dillon ofrece un recital de contención y salvajismo antológico, logrando que siempre queramos saber un poco más sobre él. Quizá es demasiado larga, y también algo engreída de lo mucho que reluce en algunos pasajes, pero a esto ya estamos acostumbrados; aun así, reconozco que no es precisamente de lo más aburrido de este señor, y eso podemos anotarlo como un logro importante. Además, el desenlace, lo digo ya, es una pasada...
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
2 comentarios:
Lo que más me ha interesado es eso de que Jack parece ser varios tipos de asesinos en serie en uno, desde aquellos que, en efecto, parecen querer que los atrapen para así gozar de esa "fama", hasta los sádicos que crean verdaderos refugios creativos para realizar atrocidades a gusto, pasando por los extremadamente cuidadosos...
Como intención base o de fondo no deja de tener su valor en estos tiempos que corren de neopuritanismo, que ahora último afirman que toda ficción es apología de cuanto narra. Pero no lo sé, más que una verdadera reflexión, me parece que Lars von Trier intenta pedir disculpas (a su manera) por sus meteduras de pata.
En todo caso lo que me agrada es que no la encuentro ni buena ni mala, me agrada porque a veces necesito quitarme de encima esta necesidad de tomar trinchera por todo (y eso que hace tieeeeempo me salí de las redes sociales). Pero sí, no será esta una película que recuerde mucho...
Saludos.
Yo me conformo con que es casi la única suya que he soportado de un tirón en los últimos quince años, que no es poco.
Un saludo.
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