miércoles, 18 de abril de 2018
El color de la forma #3
DUMKA fue otro documental dirigido por Sergei Parajanov (esta vez para el Studio Film de Kiev), limitado a la filmación del coro Nacional interpretando diversas piezas, con la soprano B. Roudenka y el tenor M. Yegorov al frente, interpretando temas de Filippenko, Kropyvnytsky o Zhukovsky. En definitiva, un bonito espectáculo para los amantes de la música clásica y un nuevo paso adelante en la gestación del gran cineasta que iba puliendo pacientemente su estilo. Por lo demás, poco más que añadir en esta pequeña rareza de apenas media hora.
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
2 comentarios:
Estoy pez con este señor. Solamente he visto El color de la granada, que es una película... bueno, ya hablaremos cuando toque, no estoy seguro de que sea una película.
Que yo venía aquí a decirle que muchas felicidades, maestro.
Y que a mí me gusta mucho leerle a usted
Y a Carlos Boyero.
Pero más a usted, que no es Carlos Boyero. Y yo que me alegro.
Muchas gracias, maño. Eso ante todo.
Ahora, por partes. Parajanov es un cineasta único, un precursor, quizá no un gran maestro, pero sí uno de esos majaras visionarios que son capaces de anticipar lo que otros van a hacer después. Yo soy de la opinión de que sí es cine, por supuesto que lo es, pero un cine sensorial, que apela más alsubconsciente que al intelecto. Llegaremos a la que usted comenta, claro, pero antes les dejo un regalo que creo que apreciarán, por su cariño y fidelidad que nunca podré devolverles.
Ah, y yo es que con Boyero ya no puedo, lo siento pero se ha convertido en una caricatura de sí mismo, incapaz de u solo pensamiento decentemente original y enfrascado en un código onanista que lo hace intragable para cualquier buen cinéfilo, y digo esto aun corriendo el riesgo de que me tachen de falso exquisito, pero es mi opinión fundamentada en el poco aporte que me producen sus críticas... Y ya está, que tampoco tengo nada personal contra él.
Un saludo, como he dicho, a usted y al resto de "indéfilos"...
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