lunes, 30 de abril de 2018
El absurdo trascendente
No sé si están más o menos familiarizados con la incipiente cinematografía islandesa, que vive uno de sus mejores momentos en cuanto a número de producciones y la calidad y variedad de las mismas. Tal y como se desarrollaron diversos "milagros", como el argentino, el rumano o el griego, se podría decir que la crisis económica contribuyó a reajustar diversos cánones y patrones, que desembocaron en producciones modestas, pero que apostaban decididamente por la calidad de sus guiones. Son muchos los títulos que han dspuntado en estos últimos años, pero uno de los que más me han llamado la atención es UNDIR TRÉNU (BAJO EL ÁRBOL), tercer trabajo del director Hafsteinn Gunnar Sigurosson, una especie de comedia negra de mordaz desarrollo y apariencia ligera, que esconde una cruda reflexión acerca de las siempre peligrosas relaciones sociales. Con el pretexto del árbol del título, testigo mudo de los ataques y acusaciones de dos parejas de vecinos (le oculta el sol al que no lo tiene en su jardín), se despliega una furibunda crítica hacia una sociedad, la islandesa, de la que no conocemos demasiado, pero bajo cuya apariencia de tranquilidad y bonhomía nórdica laten celos, rencores y envidias de difícil explicación, pero que conforman el verdadero subtexto deontológico de dicha sociedad, cuyos integrantes parecen calmadamente obligados a entenderse, aunque no quieran. Sigurosson demuestra una fina tenacidad en el tejido del guion, gran beneficiado de su escritura meticulosa y despiadada, e incluye diversas subtramas que siempre suman al montante, enriqueciendo su desolado retrato. Un film que sobrepasa lo exótico y revela a un estupendo y genuino narrador, un director al que se le atisba un brillante camino por delante y al que seguiremos los pasos sin duda.
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
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