martes, 17 de abril de 2018
Wajda. Brillo y dominio #33
Una vez más, la Historia hace justicia por sí misma y coloca a cada uno en su lugar, otorgando los méritos precisos y despejando dudas razonables. Steven Spielberg declaró en su momento que su "Schindler" tomó forma en el preciso momento que vio un film de Andrzej Wajda llamado KORCZAK. Al menos Spielberg fue honesto, y eso le honra, pese a las muchas diferencias, dentro de las similitudes, que ambos trabajos tienen entre sí. Janusz Korczak fue un hombre íntegro, un ser humano que vivió en el peor sitio y el peor momento posible; escritor y médico, su verdadera vocación fue la enseñanza, y la toma de Polonia por el nazismo lo sorprendió mientras dirigía un orfanato en Varsovia. Korczak era un humanista y un renacentista, un ilustrado cargado de razón moral, contra la sinrazón inmoral de la fuerza. Su historia es la historia de un hombre superado por sus contradicciones, pues se resistía a ver a los alemanes como un enemigo natural, al tiempo que seguía educando tenazmente a los chavales, incluso en las circunstancias más adversas. Profesor asimismo de niños que al crecer se convirtieron en oficiales nazis, éstos le confiesan su admiración, pero le advierten de que los niños serán trasladados, tarde o temprano, al campo de Treblinka. Y Wajda filma, en un espectacular Blanco y Negro fotografiado por el gran Robby Müller, esa desesperación, ese espectáculo del pisoteo de la humanidad, aunque con menor afectación que Spielberg, también hay que decirlo, y remacha, en definitiva, la figura de un hombre único, un héroe accidental, que es como deberían ser todos los héroes.
Soberbia.
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
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