sábado, 23 de diciembre de 2017
Soy un truhán...
¿Se les ocurre otro cineasta capaz de convertir la leyenda de Arturo, Camelot, Excalibur, los caballeros de la mesa redonda y todo lo demás en una trifulca entre pandilleros de Brixton? Sí, amigos, Guy Ritchie ha imaginado un Arturo a la moda, su moda, que incluye pantalones ajustados, chaqueta abierta, pelo engominado, barba cuidadosamente descuidada y una jerga tan rápida que no e da tiempo a repasar los errores. El cine de Ritchie es así, siempre lo ha sido, y al menos no nos hace perder el tiempo prometiendo algo que no es capaz de dar. Su cine no es sutil, no es refinado y no es nada intelectual; pero tampoco es lento, aburrido ni tramposo. KING ARTHUR: LEGEND OF THE SWORD es cine de aventuras, en el fondo muy clasicote, con algunos desbarres bastante cachondos, como el arranque y el desenlace, que parecen sacados de la saga ideada por Peter Jackson. Entre medias, los típicos duelos verbales que Ritchie ha ido afilando desde LOCK & STOCK, algo de ritmos urbanos... ¿?... y algunos chistes francamente divertidos. Insisto, es una nadería hecha con medios, con un puñado de estupendos actores (cuenten nada menos que a Neil Maskell, Jude Law o el ascendente Charlie Hunnam) y un guion tan delirante que es capaz de incluir (ejem) a David Beckham con una narizota de goma... A estas alturas ¿quién da más?...
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
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