lunes, 10 de abril de 2017

Ligero de equipaje



Y, bueno, qué mejor semana que ésta para desintoxicarnos abundantemente de la borrachera de los oscar, borrachera barata, de cerveza en lata y chupitos de agua de fuego...  Y de los títulos que tenía por ahí colgados desde hace tiempo, me ha aparecido 96 HEURES, un thriller a la vieja usanza, que no se anda por las ramas y mantiene al espectador pendiente de lo que pasa en pantalla hasta los últimos momentos, lo que es de agradecer entre tanto aspirante a autor total, la verdad. Se trata de una solvente muestra de cine negro clasicote, que recuerda más a las estructuras norteamericanas que al polar francés, y que crea una creciente atmósfera de tensión que estalla en sus momentos finales, que desgraciadamente no están a la altura del conjunto. Un apabullante Niels Arestrup da vida a un sanguinario mafioso que escapa de la cárcel en la que está confinado, y lo primero que hace es secuestrar al policía que lo atrapó, aunque no sólo para vengarse de él, sino para que éste le confiese quien de su entorno fue el que lo traicionó para terminar en la cárcel y poder controlar sus negocios.
El film, sin ser una barbaridad, es tremendamente entretenido y, pese a algunos problemas para mantener el ritmo, se ve de un tirón y se disfruta, sobre todo si uno es ferviente defensor de los dogmas de Don Siegel. Rueda rápido, piensa rápido y piensa en la siguiente escena...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!