miércoles, 26 de abril de 2017
Al interior...
Hoy y mañana vamos, para variar, con dos de las mejores películas que he visto últimamente, y que ya tenía ganas de comentar. La primera, THE AUTOPSY OF JANE DOE, triunfante film en el exilio del noruego André Ovredal, que ya nos epató con aquel espléndido "cazador de trolls", y que otra vez escoge un relato repleto de extrañeza, lejos de lugares comunes. Pero, aparte de las sorpresas (que son muchas), es preciso destacar la habilidad de situar toda la acción en un espacio único, una sala de autopsias a la que llega el cadáver de una joven, que ha aparecido extrañamente en el sótano de la casa donde un matrimonio de ancianos ha sido asesinado. El policía que lleva el caso necesita el resultado de la autopsia al día siguiente, ya que la joven de momento es inidentificable, por lo que el encargado de las autopsias, que también es dueño de la funeraria, acepta quedarse toda la noche trabajando junto a su hijo, que hace las veces de ayudante. Sin embargo, el avance de la autopsia irá descubriendo un secreto aún más terrible que la muerte de la propia joven.
Con dos estupendos actores (Emile Hirsch y Brian Cox) y una actriz cuyo trabajo consiste simplemente en quedarse tumbada y quieta, Ovredal despliega un relato de suspense que no estalla hasta bien avanzado el metraje, y que obtiene sus mejores momentos precisamente de los crípticos detalles que va despejando la autopsia, y que sin embargo baja la intensidad cuando llegan los inevitables sustos del tercio final.
Una película que se ve de un tirón, entretenidísima y dotada de un dispositivo interno honesto y potente, y que confirma al noruego como uno de los directores de género más interesantes del viejop continente. Nosotros vamos a seguir siguiéndole...
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
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