lunes, 4 de abril de 2016
Un Krueger equino
Había escuchado hablar acerca de HORSEHEAD y su curiosa historia, primero porque ese no es su nombre real aunque con él se haya presentado en diversos festivales desde hace un par de años. FIÈVRE, que es su título oficial, es de esas películas que prometen infinitamente mucho más de lo que al final son capaces de dar, un pretencioso batiburrillo onírico sin pies ni cabeza y que apenas se sostiene por una fotografía opresiva y extrañamente luminosa y un uso del sonido digamos que original. La historia en sí no es nada que no hayamos visto antes, y cuenta la llegada de una joven a la siniestra casa de su madre tras el fallecimiento de su abuela. A partir de ahí ya saben, secretos familiares ocultos y mal rollo cuando la chavala se queda dormida y sueña con un extraño Cardenal con cabeza de caballo. Efectivamente, la referencia al terrorífico cuadro de Fuseli es obvia, incluso demasiado para lo poquito que se cuenta, pero lo que el pintor suizo conseguía con una imagen estática (fundamentalmente desestabilizar nuestra psique), el debutante Romain Basset lo transforma en en un plomizo y autocomplaciente carrusel de "estampas" más o menos impactantes, pero que dejan de impactar por simple acumulación. No sé, a lo mejor si este señor encuentra un buen guionista pueda depararnos alguna sorpresa; mientras tanto, irse a la Gran Bretaña con todo el equipo no le ha servido de mucho.
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
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