miércoles, 20 de abril de 2016
Historia de un ascenso y un descenso
Nunca he entendido el alpinismo, pero supongo que con no practicarlo y vivir en un sitio sin montañas ya voy servido. EVEREST es una película sobre una tragedia ocurrida en una de esas estúpidas expediciones guiadas que tan de moda se pusieron en los años noventa y que han convertido el pico más alto del mundo en una especie de Disneylandia para ricachones aburridos. Algo de eso hay aquí, la primera parte del film incide bastante en el contraste entre el alpinista profesional, que ha escalado varias veces los "ochomiles", y los señores y señoras que sencillamente no tienen ni puta idea del asunto pero que repiten desafiantes las astronómicas cifras que han pagado para que les lleven y traigan sanos y salvos. Esto podría haber funcionado como crítica inteligente, pero no nos engañemos porque todos sabemos qué tipo de película es ésta: una película con una apabullante estructura visual y una historia de superación personal que se ve avalada por estar basada en hechos reales. Y todo con un reparto de los más estelares de los últimos tiempos y un director islandés (por cierto, de padre español) que ha venido conciliando comercialidad y compromiso con sus poco acomodaticias convicciones. El problema no es el ritmo, ni la inevitable sensiblería de su última hora, sino la sensación, llegado el momento, de que aunque lo que se va mostrando en pantalla es trascendente apenas logra un par de chispazos de emoción. Es cine de última hornada, espectacular, grandilocuente, pagado de sí mismo, pero con un mensaje no ya vacío de contenido sino preocupantemente conservador.
Habrá a quien le encante...
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
2 comentarios:
Qué mala es... La vi en un cine de verano y la gente se reía cuando la iban palmando los escaladores. Así de mala es.
Yo es que lo de subir a las montañas, como que no...
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