martes, 11 de noviembre de 2014

¿Qué me pasa, Capitán?



La respuesta antibelicista en el cine norteamericano tuvo un auge destacado a principios de los años setenta, justo después del desastre que supuso la guerra de Vietnam y cuya influencia se dejó notar, sobre todo, en un grupo de intelectuales "de izquierdas", que arremetieron contra el sinsentido de la locura militar del gobierno estadounidense y la paranoia post-guerra fría. Hay algunos títulos cinematográficos de aquella época que son perfectamente representativos de ello, como CATCH-22, que adaptaba libremente el vitriólico libro de Joseph Heller y que con el tiempo se ha convertido en una verdadera película de culto. Imposible cruce entre el exceso felliniano, el absurdo burocrático de Kafka y la risa congelada del teatro de Ionesco, Mike Nichols, que por entonces gozaba de gran crédito, adelantó (esto, entiéndanlo, con reservas) casi una década el rodaje kamikaze de APOCALYPSE NOW y consiguió, como Coppola, que los Estudios nunca volvieran a mirarle con el mismo agrado. CATCH-22 es una sinfonía de ruido, polvo y neurosis, que nos planta una localización militar en algún lugar de Italia en la WWII en la que se llevan a cabo intervenciones aéreas, sin que quede muy claro contra quién ni con qué objeto concreto. El Capitán Yossarian (un joven y excepcional Alan Arkin, perfecto antihéroe escéptico) no aguanta más, y pide salir del ejército con la excusa de que está loco ¿El problema?: la norma 22, que indica que un hombre que desea irse a casa y no combatir... ¡no puede estar loco! Así, y sin solución de continuidad, el film ofrece un continuo desfile de grotescos personajes, a cuál más indeseable (terrorífico el interpretado por Jon Voight, que convierte la base en un emporio comercial) y la constante sensación de que todo no es más que una pesadilla febril o una broma pesada. Injustamente olvidada a día de hoy, me cuesta creer que se pudiese acometer un proyecto como éste hoy día, con un notable presupuesto y una mala leche en su guion tan acusada. Y dos cosas a tener en cuenta: el rutilante reparto, que contaba además con Orson Welles, Martin Balsam, Anthony Perkins, Martin Sheen o ¡Art Garfunkel!... Y la famosísima escena de la avioneta... Ah, ¿que no la conocen?... pues ya tardan en buscarla.
Saludos.

2 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...

Y Paula Prentiss?, qué guapísima por dios. Estaba tan buena en bañador blanco que yo casi ni me entero de lo del avión rebanador...

dvd dijo...

Un poco canija para mi gusto... A mí me gustaba más Olimpia Carlisi. Pero es que yo siempre he sido muy "italianista"...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!