lunes, 14 de enero de 2013
Las otras crisis
Hace tiempo (mucho para algunos, hace nada para otros), las crisis se medían, fundamentalmente, en términos bélicos, en la capacidad de destrucción ajena que una potencia económica era capaz de manejar en pro de sus propios intereses. Se llamó "Guerra fría", y el mundo entero estuvo en jaque, oprimido bajo una tensión mantenida por el bloque soviético y Estados Unidos; Comunismo y Capitalismo; en mi opinión, la misma milonga de siempre para tener al personal cagadito de miedo y que los políticos aparezcan como los héroes de la película. Y hablando de películas, una de las que mejor y más eficazmente hizo uso de esta disyuntiva o dilema fue FAIL SAFE, otra de esas tramas sin resquicios dirigidas por un bloque de granito llamado Sidney Lumet; un film del que podría (y debería) estar hablando durante horas, dado el elevado número de detalles que contiene esta ignorada obra maestra. Y todo comienza, sorpréndanse, con un General del ejército norteamericano soñando con un torero en plena corrida... ¡TREMENDO! Lo que sigue es un espacio cerrado, muy "Lumet", nada menos que la base de mando estratégico de Omaha, a la que acude un senador de visita y donde, sin solución de continuidad, se recibirá un conato de invasión por parte de las fuerzas armadas soviéticas; sin embargo, en línea directa con el bloque comunista, éste desmiente dicho ataque y lo achaca a un error de la tecnología estadounidense. Sin embargo, sobre los hombros del Presidente pesará la responsabilidad de contestar a dicho supuesto ataque, por lo que enviará a un escuadrón de bombarderos, armados con una bomba atómica, al mismo corazón de Moscú. El argumento, y sobre todo su desarrollo, son tas fascinantes, y está todo tan bien narrado, que uno asiste a este intenso drama psicológico, que por momentos roza el género de terror, con la certeza de estar ante un trabajo de seriedad intachable, ese cine que progresivamente ha ido desapareciendo de nuestras carteleras. El reparto, además, es de lujo y lo está; cuenten a unos sobresalientes Walter Matthau, como un científico fundamentalista y desquiciado; Henry Fonda como el Presidente con el destino de la humanidad sobre su conciencia; Dan O'Herlihy interpretando al General premonitorio o un jovencísimo Larry Hagman dando vida a un inexperto intérprete, con la complicada misión de trasladar las palabras del Presidente a los soviéticos de la manera más convincente posible. Si no la han visto, no sé a qué están esperando, porque este es cine de muchos quilates. Palabra.
Saludos helados.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
2 comentarios:
Que sí, que sí, que esto no es política ficción, esto es género de terror pero sin bichos de látex. ¡Tremenda toda ella!.
Yo creo que junto a Doce Hombres sin Piedad y La Colina conforma la "Trilogía Asfixiante" de Lumet, desde luego
La película te pone los huevos de corbata, sobre todo cuando Fonda se ve obligado a ordenar un autobombardeo sobre New York... ¡y sólo para que los rusos le crean su buena fe!...
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