lunes, 28 de enero de 2013
Rebajemos la tensión...
... mientras aún podamos. Porque sí. Porque en realidad lo que es cutre, o no, no es más que una elección adecuada, o no, de un par de conceptos, por otra parte ya bastante desfasados desde que una dirección de producción apenas si necesita espacio físico. Sin que haya pasado tanto tiempo como para que lancemos las campanas al vuelo, y llegados a un punto económico de difícil resolución ética, el retorno a unos orígenes, ya digo, no tan lejanos, ha de ser no una rareza, sino cada vez más una necesidad. Y es en el cine de "efectos especiales" (término en vías de extinción) donde esto se hace más patente y palpable; por un lado quedan grandes dinosaurios que quedan como gigantescos parques temáticos abandonados e inservibles, mientras que surgen productos que traspasan el simple "bajo presupuesto" y gozan del favor de un público menos dispuesto a la fanfarria, y sí a la buena narración de historias. Y no me refiero (no hoy al menos) a un cine de vocación intelectual (del que Shane Carruth sería sospechoso máximo), sino al gran entretenimiento sin grandes aspavientos (y podríamos invocar al primer Vincenzo Natali). Esta curiosa denominación pertenece a un film que en poco tiempo (se estrenó en 2010) se ha extendido como fenómeno en Internet, aprovechando los recursos que la Red ofrece a quien lo explota de manera inteligente. HUNTER PREY es un divertimento decididamente desprejuiciado, un gozoso híbrido entre unos posibles recortes del primer STAR WARS y aquella maravillosa película que se llamaba ENEMY MINE; añádanle unas gotas de la intensidad de PREDATOR y lo que obtendremos es un film ni tan altivo ni tan avergonzado, sino simplemente orgulloso de lo que es. Su creador, Sandy Collora, instruido en los estudios de Stan Winston, tira de imaginación y se olvida de los trucos digitales, facturando un producto eminentemente físico y centrado en una fatigosa e inacabable persecución, la que sufre una especie de prisionero interestelar por parte de un par de soldados, después de que la nave en la que viajaban se estrellase en un árido planeta. Me resisto a contar mucho más, puesto que el elemento sorpresa es fundamental en el verdadero sentido de esta pequeña película, a lo mejor no tan magnífica como se pudiese esperar, pero... ¿a quién le importa tras hora y media de cine de aventuras?... Recomendable y sorprendente a partes iguales.
Saludos cazados.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
2 comentarios:
No me jodas... mecagoendiez, me la voy a ver, hombre, me la voy a ver...
No esperes la releche, es una peli hecha con cuatro durillos pero mucho entusiasmo...
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