jueves, 17 de enero de 2013
La escritura como tinta sobre papel
Si le intuyo la intención a Raya Martin, es difícil quedarse solamente con una palabra; ni siquiera "ensayo" y ni siquiera "desnudez". Ni siquiera "deconstrucción", porque para ello debería haber una construcción previa, y sus imágenes son tan egoístas, morosas y ensimismadas, que uno diría de esos edificios céntricos con un solo habitante, y no tan majestuosos como simplemente incólumes. A Martin le interesa contar lo mismo de siempre, incluso sin que le molesten las tramas zafias, casi de culebrón barato; lo que pasa es que su forma de narrarlo desborda cualquier lectura preconcebida de la misma. En NEXT ATRACTION, Martin juguetea con una especie de making-of en bruto sobre algo que está rodando, presumiblemente una ficción. Podemos ver al equipo, al director ordenando cuándo empieza o acaba una escena..., pero nunca a los actores; no vemos "qué" está rodando, y apenas lo escuchamos. Y, de acuerdo, si uno acepta hacerse el inteligente, a lo mejor concedemos un acto de genialidad a un tipo que, en el global de una producción, dota de la misma importancia a los que estarán delante de las cámaras como a los que están detrás. Sin embargo, su radicalidad no le permite elaborar un único discurso, por acertado que sea, así que, seguidamente, "vemos" lo que Martin y su escueto equipo rodaba. Rodaba una esquemática tramilla acerca de un joven que se ve incapaz de conciliar su incipiente homosexualidad con una preocupada a la par que impertinente madre. Imagino que, dada la extrema juventud de Raya Martin, la posibilidad de un inacabable ensayo preparatorio para pulirse la retina, antes de su primera obra de verdadera enjundia, es algo que entra dentro de lo que algunos pacientemente esperan. No es mi caso.
Próximos saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
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