lunes, 10 de diciembre de 2012
Literariamente
Si yo hubiese querido parecerme a algún escritor en concreto, posiblemente uno de los nombres que con más fuerza resonarían en mi imaginario más íntimo sería el del británico Dennis Potter. No se sabe muy bien por qué, Potter nunca tuvo gran calado en este país (bueno, yo sí sé por qué, pero no viene a cuento), pese a contar con una obra tan vasta como interesante, y cuya cúspide sería The singing detective; título mítico, y tan extraño como evocador. El caso es que en 1991, Potter se lanzó a la dirección, y lo hizo, como no podía ser de otra forma, adaptando un texto suyo. SECRET FRIENDS es, digámoslo así, la historia de una pérdida de identidad. Encarnada en la magnífica actuación de Alan Bates, esta "deconstrucción" identitaria es tan hábil que nos hace dudar de qué estamoa viendo exactamente, si a un pobre hombre consumido por el amor de su joven esposa, devastado por la rígida educación que sufrió a manos de su padre o vencido por una existencia que, en suma, es directamente absurda. Potter, pese a evidenciar un ritmo cansino por su nula experiencia, consigue captar su gran mordacidad y brillantez como novelista, y facturar una de sus habituales tramas híbridas, a caballo entre una angustiosa realidad, de la que no se puede escapar, y un mundo paralelo e ideal, compuesto por ensoñaciones que por momentos parecen confundirse en las torturadas mentes de sus protagonistas. Una pena que su prematura muerte, sólo tres años después, truncara la posible carrera como director de Potter.
Saludos secretos, amigos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
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