Es curioso que una película como SAVING PRIVATE RYAN sea capaz de abrir varios frentes de discusión; el mismo Spielberg parece eludir cualquier posible controversia que pudiera sacudir sus sólidos planteamientos y convicciones, y no sólo profesionales. Me atrevería a afirmar que hay un Steven Spielberg anterior a este trabajo, ya insalvable (sólo una coincidencia), y otro, el que ¿disfrutamos? actualmente y desde entonces, aparentemente más hermético, oscuro y polémico. Desde el punto de vista estrictamente lúdico, Spielberg nunca ha dejado de entretener, y personalmente no me molesta que esto sea así, sí cuando quiere ser el nuevo Costa-Gavras de un occidente libre y de altos ideales. Un buen reflejo de esto es el esquizoide montaje de SAVING PRIVATE RYAN, capaz de aglutinar en sus casi tres horas los grandes aciertos y errores del último cine comercial. Así, el film se inicia como un tsunami que no permite una bocanada de aire; la impresionante recreación del desembarco de Normandía es, por derecho propio, el mejor filmado de la historia y Spielberg podría decir sin embozo: "Ahí queda eso". Y es que pasarán otros cincuenta años hasta que alguien logre otro alarde técnico semejante. Pero, claro, aquello dura lo que dura, y luego todo se desploma, Spielberg debe seguir narrando ya sin el apoyo de la acción, pero además siente que debe desembarazarse de sus habituales coletillas humorístico-familiares y recoger de SCHINDLER'S LIST, lo cual queda un poco forzado tras la borrachera bélica. No podría hablar de un mal film, sí de un film rollercoaster, con subidones y bajones igual de precipitados y que además tiene dos errores de bulto. Uno: nadie va a creerse un despliegue así por un soldado del que sólo se sospecha que siga con vida. Dos: no he encontrado nadie que haya podido dotar de sentido su poco menos que surrealista final, en el que todo desemboca en una ingenuidad tan infantil que uno incluso llega a pensar en cierta impostura premeditada.
Así que me reitero en lo de los dos Spielberg, cosa que me irrita y fascina a partes iguales; todos sabemos que de niños eran sus películas las que amábamos.
Salvemos un saludo.
1 comentario:
peliculón sin duda. Un film casi perfecto (ese final es bochornoso, pero el de la lista de Schindler era igualmente innecesario e infantil) pero el conjunto es sobresaliente. Uno de los films que más me han gustado en un cine.
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