miércoles, 11 de marzo de 2009

Cine, realidad, ficción, tiempo, espacio...

CACHÉ, de Michael Haneke, se abre con esta imagen fija que se alarga durante algunos minutos. Es toda una declaración de principios: al director le importa un carajo que haya gente que ha pagado su entrada; sólo le importa desestabilizar cualquier cosa que ese espectador-tipo tuviese en mente antes de entrar en la sala ¿Quiere eso decir que vale todo? Yo creo que no. Ahí está INLAND EMPIRE para corroborarlo.
La trama de CACHÉ, como la de cualquier film "complicado", es muy sencilla: alguien quiere joder a un tipo que lleva una vida aparentemente normal y corriente. Luego, el director deja caer información con cuentagotas para crear tensión y extrañeza. Al final, sabemos que hemos asistido a un rollo chungo, que no nos hemos enterado bien de qué pasaba exactamente porque no se quiere desvelar lo que sólo el protagonista (Daniel Auteuil) sabe; y lo sabe porque esos flashbacks surrealistas son retazos de recuerdos. Es por ello que CACHÉ tiene una gran virtud y un grandísimo error. Lo bueno es que permite múltiples interpretaciones una vez hemos visto el desconcertante final. El error es que acaba igual que empieza, sin que sepamos nada sobre el "verdadero" punto de vista; lo cual despista y exaspera, por lo que una posible obra maestra se queda sólo en un excéntrico punto de vista (y van...) de Haneke sobre la decadencia de la sociedad capitalista.
Intentar aquí dar claves que serían sólo suposiciones pedantes no nos llevaría a nada, por lo que únicamente recomiendo que se reflexione sobre qué quiere decir el director austríaco con esa mirada fija que abre y cierra el film; sobre todo a ver si alguien es capaz de explicar ese tremebundo raccord en la escena del suicidio, quien la haya visto sabrá a qué me refiero.
Saludos escondidos.

1 comentario:

Capri c'est fini dijo...

No soy yo de la opinión que las películas deben ser claras y diáfanas en todos los detalles, a veces, la misma atmósfera de la película pide que haya detalles oscuros o que el espectador nunca pueda conocer. No digo que haya que hacer películas intencionalmente raras o enigmáticas, pero en Caché es la base de la historia. A mí me gustó mucho. No sé si leíste el post que dediqué a Caché... te paso el enlace por si te interesa.

http://capricestfini.blogspot.com/2008/07/la-culpa-escondida.html

Un abrazo.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!