miércoles, 29 de octubre de 2008

Dentro o fuera

Un hombre cualquiera, ni bueno ni malo, perdido en la vorágine de un país inmenso (Francia) que engulle con su fatal peso las mínimas aspiraciones. El hombre ve a su hija correr hacia él con la ropa manchada de sangre y piensa que la han violado; sale a la calle buscando venganza y la encuentra en un inocente que nada tiene que ver con el asunto. El hombre es detenido por agresión; la niña sólo había tenido su primera regla. El hombre es carnicero de profesión.
Lo fascinante de SEUL CONTRE TOUS, del francoargentino Gaspar Noé, es que quizá, aunque sólo se trate de mera probabilidad, nada de lo que ocurre en la cinta ocurra de verdad, es posible que, sobre todo al final, se nos esté sugiriendo que se trate sólo de un estado paranoico de su protagonista, magistral Philippe Nahon. Independientemente de esta personal apreciación, la película es de esas que no se olvidan fácilmente. En un impactante ejercicio audiovisual, cada momento crucial es reseñado con incesantes sonidos off the record que parecen jalonar, explicitar, que el espectador se mantenga en todo momento alerta, que se haga uno con el protagonista y no le juzgue, sino que penetre en su atormentada psique. Luego, una serie de carteles de índole casi propagandística (gigantescas letras rojas y blancas sobre fondo negro) nos van dando una serie de instrucciones a lo largo de este tortuoso periplo; el espectador casi se ve forzado a someterse a un incómodo ejercicio de "ver" aunque no se quiera. Especialmente significativo resulta un momento dado, poco antes de la brutal, casi insoportable, resolución, donde uno de estos carteles nos AVISA literalmente de que tenemos treinta segundos para abandonar la sala... tremendo.
SEUL CONTRE TOUS es realismo sucio, pero no es necesariamente realista. Se tratan los temas cruciales que acucian al hombre moderno (trabajo, inmigración, sexo, alienación), pero no pretende en ningún momento dar lecciones ni directrices; antes al contrario, se trata de un golpe en la boca del estómago cuando nos damos cuenta de que casi todos pensamos igual que un personaje tan moralmente asqueroso como éste. Un personaje abatido, aplastado, cobarde, frustrado, más parecido a una alimaña que a un ser racional... un tipo que, admitámoslo, está más cerca de nuestras biempensantes burbujas protectoras de lo que podríamos creer.
No apta para mentes ni estomagos intolerantes.
Saludos contra todos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!