De no mediar el descomunal talento desplegado por Steve McQueen a lo largo de toda la miniserie SMALL AXE, lo normal sería considerar "Alex Wheatle" como una pequeña autoconcesión o regalo privado de artista a artista. El retrato del autor de "Brixton Rock" hubiese merecido o necesitado algo más de profundidad y cohesión, al menos para que los neófitos pudiésemos entrar con más facilidad en la intrincada circunstancia del escritor afrocaribeño, cuya agitada vida sirve como maestro de ceremonias para situarnos en los tremendos sucesos acaecidos en 1981 en Brixton. Hay que hacer un concienzudo ejercicio de imaginación para conectar la extrema sensibilidad de Wheatle, condicionada por su infancia en siniestros hogares de acogida, el descubrimiento de una comunidad negra que les es totalmente ajena y su posterior vocación literaria, tras una breve estancia en prisión y el decisivo encuentro con un rastafari genuino. Es decir, que el episodio es estupendo, bien rodado y con las cosas claras, pero su manera de transmitirlo no va a llegar a todo el mundo, y por ello queda como posiblemente el segmento más flojito, puede que por no arriesgar lo suficiente, o quizá por venir precedida de tres barbaridades tan inmensas.
Saludos.
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