miércoles, 18 de marzo de 2020

M2



En 1982, Claude Chabrol llevó a cabo un curioso experimento, con el que elaboró un notable homenaje a una de sus mayores influencias cinematográficas. Usando el sonido original de M, el magistral e inmortal clásico de Fritz Lang, reconstruyó algunos de los momentos más icónicos de dicha película, resaltando aspectos que consideraba cruciales en la misma y lo que supuso como avance hacia lo que conocemos como "cine moderno". Cosas como la iluminación, el montaje, las pausas o silencios absolutos, o el potente simbolismo de imágenes sin presencia humana. En apenas diez minutos, y unos treinta fotogramas, Chabrol dicta una carta de amor al gran maestro, pero también arroja luz a los espectadores, con saludable didactismo. Una curiosidad para la televisión francesa, sí, pero también un camino que debería haberse explorado y no se ha hecho.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!