miércoles, 31 de julio de 2013
Cuándo es preciso mostrar
Hay, desde mediados de los noventa, un movimiento bastante subterráneo en Canadá que presenta un amplio abanico de jóvenes creadores visuales con un denominador reconocible: su gusto por el horror de corte más o menos extremo. No tan a la sombra de David Cronenberg (como cabría presuponer), creadores como Maurice Deveraux o Karim Hussain llevan ya un tiempo explorando las posibilidades de un cine que no por tener un coste limitado lo es en lo puramente imaginativo. Hussain ya provocó un pequeño cataclismo con su ópera prima, SUBCONSCIOUS CRUELTY, un film estructurado en cuatro partes y que, en clave provocadora, atentaba contra los asideros morales que la sociedad considera intocables. En breves líneas, el film comienza con un parlamento presuntamente poético mientras muestra imágenes más o menos convencionales, hasta que de repente se nos habla de nuestros dos hemisferios cerebrales, el que dirige nuestra racionalidad y el otro. La introducción es una especie de autopsia surrealista en la que una mano, armada con un bisturí, provoca cortes en un cuerpo femenino, pero lo que extrae de cada incisión no es lo que esperábamos. Con una banda sonora suave y sugerente (nada que ver con las estridencias de nuevo cuño), Hussain se centra en el acto del nacimiento, con un enfermizo apartamento en el que conviven un hombre y su hermana embarazada; aquí ya el gore se impone y culmina con una escena que debe tanto a ERASERHEAD como a A SERBIAN FILM... En el tercer segmento, el más logrado a mi juicio, el director se desata y filma una original e inquietante coreografía de cuerpos desnudos en plena naturaleza que "comen" la tierra y "copulan" la tierra, como si ésta fuese un organismo interactivo o, dicho de otra manera, un cuerpo que han de violar y canibalizar... Jucifer habría matado por ponerle la música a este capítulo... Para finalizar, y como no podía ser de otra forma, Karim Hussain propone un deliberadamente ofensivo final, aunque en mi opinión es el menos interesante en la forma y aunque conceptualmente tenga su aquél. Sin muchas florituras ni circunloquios, es nada menos que Jesucristo el que se verá invadido, esta vez por tres "ávidas" muchachas, que empezarán a violarlo y terminarán, literalmente y como se dice en cada misa, bebiendo su sangre y comiendo su carne. Resumiendo, una película con más leyenda que chicha verdadera, con, eso sí, unas intenciones loables por desmarcarse del mainstream fabricado en serie, aunque la lástima es que la forma se imponga rotundamente a un fondo que, a menos que nuestra mente sea pura y virginal, tampoco es una provocación tan severa como pudiésemos pensar. Y mañana veremos, por ejemplo, el mismo ejemplo pero totalmente al revés.
Saludos conscientes.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
2 comentarios:
Muy floja y muy tontorrona. Menos enferma de lo que publicitaron. Superficial.
A este muchacho le sobran intenciones y le faltan cualidades...
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