viernes, 22 de marzo de 2013
Mientras haya esperanza
A medio camino entre A MAN CALLED HORSE y el FITZCARRALDO de Werner Herzog, MAN IN THE WILDERNESS es, aun sin alcanzar las cotas de calidad de las dos mencionadas, un artefacto lo suficientemente extraño, ambiguo y arriesgado como para no pasarlo por alto cuando de westerns borderline estamos hablando. Y es que, más que un western al uso, lo que el correcto Richard C. Sarafian (VANISHING POINT) propone podría pasar por el típico relato de aventuras, e incluso de aquellas cintas de piratas; y si no me creen, no hay más que echar un vistazo a su extravagante argumento. Richard Harris da vida, en una de sus ultrafísicas interpretaciones, a un experto explorador que guía a un capitán de barco (un muy convincente John Huston) desde Canadá hasta Missouri... Al capitán, la tripulación... ¡y al barco mismo! La expedición ya es lo suficientemente descabellada, pero todo dará un vuelco cuando el guía es atacado por un oso que lo deja moribundo, por lo que el capitán decide dejarlo a su suerte para no retrasarse. Milagrosamente, y con ayuda de unos indios, logrará recuperarse e incluso llevar a cabo su venganza, persiguiendo a quienes lo abandonaron. Abusando de unos flashbacks que aportan más bien poco a la trama, las bazas del film, aparte del odiosobrehumano acumulado por este personaje, queda a expensas de un desarrollo cuanto menos desconcertante. No es ya esa travesía en un barco sobre ruedas, incluyendo alguna batalla con los indios en los que tendrán que usar hasta los cañones, sino el estado febril de un hombre al que rodea sólo la naturaleza hostil, pero que también le proporcionará los medios para sobrevivir. Merece la pena si no la conocían y están cansados del western clásico, pero hay que verla sin ensañarse, porque el salto al vacío es notable.
Saludos asilvestrados.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
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