viernes, 1 de febrero de 2013
El Bálsamo de Fierabrás
Invocar una y otra vez al mismo fantasma puede llegar al límite de lo funcionarial, y aunque hablando de Woody Allen su talento quede fuera de toda discusión, nos hemos acostumbrado (desgraciadamente) a observar la habitual retahíla de producciones del neoyorquino con menos entusiasmo del que un cineasta de su talla, en teoría, debería merecer. Así, YOU WILL MEET A TALL DARK STRANGER vendría a corroborar la versión, mantenida por la mayoría de la crítica, de que Allen, a lo mejor, quién sabe, llevado por el desánimo de una muerte cada vez más cercana, ha blindado su cerebro a base de incrementar su ya de por sí frenético ritmo de producción. De acuerdo, es comprensible que uno no pueda mantener una calidad excelsa, pero yo sí le pediría a Woody Allen (como buen seguidor que he sido desde siempre) que, al menos, eligiese un poco más los temas a tratar. Ya sé que lo suyo siempre ha sido dar vueltas alrededor del sexo, la muerte y los apartamentos de Manhattan, pero no es menos cierto que el posible diálogo de una obra con su propio tiempo, en el caso de Allen, es algo cada vez más lejano. Curiosamente, MIDNIGHT IN PARIS usaba esta dejadez como inusitada reverberación poética, pero en el título que nos ocupa, repleto de personajes con menos problemas (y ya ni siquiera neurosis) de los que se empeñan en demostrar que tienen, la sensación de agotamiento es francamente palpable. Allen sigue su incansable tanteo de actores, unos encajan y otros no, y en este ir y venir son también los géneros los que se resienten. Porque no es lo mismo poner a Owen Wilson como alter ego que a un Josh Brolin que, siendo de lo mejor de la función, no puede evitar desatar su lado más oscuro y, lástima, demasiado alejado del (anti)héroe alleniano. En un reparto decididamente extensivista, encontramos a un correcto Anthony Hopkins, una perdidísima Naomi Watts, a la veterana Pauline Collins tirando de oficio o a la magnífica Gemma Jones (ésta, sí, absolutamente "alleniana") como una esposa y madre que, tras perder el amor de su marido, acabará víctima de chanchullos esotéricos, y son sus repentinas irrupciones en la sosísima trama lo más agradecible de una película que es imposible que pase a ninguna posteridad, y que además nos encasqueta al esforzado Antonio Banderas en un personaje simple y llanamente ridículo.
Ustedes serán saludados por un bloguero alto y moreno...
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
8 comentarios:
Pues a mi me gusta mucho "You will meet a tall dark stranger", tanto como "Match Point" o la que creo infravalorada "El Sueño de Casandra". Me gusta este Allen "cabroliano", y me sorprendió la peli, que la veo como un buen ejercicio de autoreciclaje (aunque con Allen todos son un poco asi XD).
Chabroliano quise decir XD
Chabroliano quise decir XD
Está bien la aclaración; "cabroliano" sonaba a otra cosa... A mí me desconcierta. Le reconozco el grado de dominio que ha llegado a tener de su oficio, pero cada vez lo veo con las ideas más agotadas. La idea de un Woody Allen convertido en funcionario simplemente me aterra cuando me acuerdo de obras inmortales como MANHATTAN o ANNIE HALL...
Jo! Tengo olvidada esta peli.
Pero espera, que sé que en otro sitio dejé comentario, así que te puedo decir más o menos lo que pensé al verla con algún que otro retoque (qué bueno esto del corta y pega, ¿no?):
A mí me entretuvo al principio, pero luego se me fue haciendo pesada. Y no la salvaba ni ver a Naomi Watts (aunque bueno, la escena en la que Brolin la ve a través de la ventana me gustó... por otro motivo, no seas mal pensado). Me pareció predecible, y usaba "trucos" que ya conocía, que habían perdido el encanto de las primeras veces. Aún así, el hombre tiene tablas y oficio y la peli se deja ver, y si la comparas con otras películas que se hacen no es tan mala (el tuerto en el país..) De hecho, más allá de su valor cinematográfico, un amigo la había visto y, además de que a él le había gustado más, hablamos acerca de los personajes, el caos y el azar que compone nuestras vidas y el retrato que hace de ciertas actitudes como la del personaje de Hopkins (estoy hablando más allá de si está mejor o peor interpretado y si sus líneas de diálogo son buenas)... Es decir, de un Allen fallido como éste, puedes extraer algo, me parece.
Un saludo.
Sí, más o menos coincide con lo que pienso yo, es verdad...
A esta fruslería solamente le salvan de la quema dos cosas: Feida Pinto y Boccherini.
Coño, Boccherini... El otro día encontré un disco de su "Fandango" que tenía olvidado... Y lo puse y todo...
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