miércoles, 16 de noviembre de 2011
Feminismo machista
Creo que pocos títulos (y van unos cuantos) se ajustan tanto a la película aquí comentada como el de hoy; y a lo mejor al genio de Calanda hasta le hacía un poco de gracia, no sé. Lo que sí voy a saltarme es el cuento de que UNA MUJER SIN AMOR es una película de la que Buñuel renegó toda su vida; primero porque el film es, lo queramos y nos guste o no, lo que es, un melodrama muy mexicano/europeísta (por favor, permítanmelo...) con un personaje central que, sin abandonar su hipercondición de mujer desgraciada (aunque pudiente... ¿melodrama era?), extrae su fuerza de un insólito reverb masculinizante, según el que (al menos a mí me ocurrió) algunos mitos de nuestro feúcho siglo XXI quedan obsoletos. A saber: la mujer sin amor no es tal, sólo se casó con un señor mayor y adinerado. Su gesto ante los parabienes dedicados por su recién adquirido amante suele ser una mezcla de disgusto, azoramiento y licuación vaginal envarada. Sus hijos son unos pelmazos, cada uno a su manera, pero ella les pega capotazos constantemente, a sabiendas de que algo falla en el asunto. El asunto es que, mientras no se ve con fuerzas para dejar al carcamal en el INEM afectivo, tampoco le seduce la idea de tirar por el sumidero del aburrimiento sus mejores años. La conclusión es que Buñuel habría hecho esto infinitamente con más salero en España y un par de décadas después, sobre todo por verificar qué retruécanos se le habrían ocurrido para burlar la censura al mostrar un personaje tan sumamente complejo encerrada en una apariencia tan simple; una mujer sin amor porque su verdadera vocación, creo, era tener bigote y nómina pensional... Ahora elucubren todo lo que quieran...
Saludos sin amantes.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
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