martes, 1 de diciembre de 2009

El imparable ascenso del cine de animación

... Y quien no quiera reconocerlo, quien siga pensando que el cine de animación, tal y como compone una de las partes más interesantes de lo que se cuece en el panorama actual, es cosa de niños y jovenzuelos atolondrados, no tiene más que echar un vistazo a esta maravilla, que aúna a partes iguales un derroche visual apabullante como un enriquecedor testimonio sobre ese tiempo, el tiempo humano, que cambia a velocidad de vértigo y que queda plasmado perfectamente en sus maravillosos primeros minutos.
Y es que el arranque de UP es de lo mejor que se ha visto en este año que empieza a dar sus últimos coletazos. Luego es cierto que el tándem Docter/Peterson destapa el tarro de las licencias y desvía la atención a esas audiencias antes mencionadas, que al fin y al cabo son las que acuden masivamente a los multicines; también ocurría en WALL-E... hasta en CORALINE, si me apuran. Pero tampoco pasa nada, porque podemos relajarnos un poco y disfrutar de la riqueza de la animación o de su tierno sentido del humor (La pareja formada por el pequeño explorador y el anciano aventurero forma ya parte de la historia de parejas imposibles que funcionan a la perfección), ahí es donde UP se dispersa un poco y por lo que seguimos esperando la producción Pixar definitiva.
Ahora, hace tiempo que la vi y sigue coleando ese impresionante principio, que podría haber filmado Frank Capra, Spielberg y hasta Berlanga; un principio capaz de congelarnos la sonrisa que nos han provocado las bromas iniciales, dando cuenta de la soledad de este hombre que se ha hecho viejo en cuestión de segundos, que ya no tiene a nadie para compartir el final de su vida y al que quieren arrebatar su única posesión, su vieja casa, instalada en mitad de feroces construcciones modernas. La casa, verdadera protagonista del film, a la que Carl Fredricksen, que ha sido vendedor de globos, se lleva literalmente, en la escena más espectacular del film. Como decíamos, luego acaba el momento Pixar y empieza (no queda otra) el momento Disney; el momento en el que vemos a un anciano renqueante, que se ayuda de un andador, dar cabriolas sin problemas por el aire. Pero no importa, porque se trata de hora y media de gran entretenimiento, de un tipo de cine que debe seguir existiendo. Mientras tanto, sigamos esperando la gran obra Pixar, estoy seguro de que llegará.
Saludos desde las alturas.

3 comentarios:

Kinezoe dijo...

Lo mejor que he visto en cine este año. Por cierto, me gustó más que Wall·E.

Dialoguista dijo...

Esos primeros minutos son un lujo, pero a mi parecer los arruinaron luego, no queriendola hacer para chicos, ese no hubiera sido el problema, más bien porque hacerla absurda, eso es lo que no me gusto. Esos perros, especificamente, jajajajaja. Pero coincido que la animación avanza a pasos agigantados. Y que cada vez más se ven películas animadas especificamente para adultos. Definitavamente, la animación no es solo para chicos, eso ya esta demostradísimo.
Saludos!!!

Dr. Quatermass dijo...

Pues esta muy bien Pixar... pero me parece un error no mirar hacia otro cine de animacion, no al mas obvio Mizoguchi, pero ahi estan Vals con Bashir o la maravillosa Mary&Max, entre otras joyas minoritarias que nos llegan cada año (Persepolis).

Saludos!

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!