Esto no es una boutade, ni muchísimo menos: con permiso de (nada menos) Kubrick y Coppola, Bertrand Tavernier firmó (y filmó, claro) la mejor película bélica de la historia. No es una boutade, sólo una opinión surgida desde la pasión que me suscita una obra tan apabullante como CAPITAINE CONAN.
Y no sé por dónde empezar, la había pospuesto tanto que ahora me he quedado un poco intimidado. Podría hacerlo destacando su poderío visual, el problema (bendito problema) es que Tavernier ignora por completo cierto canon estilístico y "crea" su particular recreación en fotogramas de un trozo de aquel horror llamado I Guerra Mundial. En un momento dado, el espectador, y sin necesidad del ya cansino 3D, se encuentra instalado en el mismo centro de una batalla; y no hay aquí el típico ballet de figurantes, ni las explosiones medidas para realzar el encuadre; no, aquí reina el caos, la confusión, el desconcierto de los hombres reducidos a manchas que se mueven, que aguardan la muerte en cualquier momento, en cualquier fotograma. CAPITAINE CONAN es un prodigio de puesta en escena, pero sobre todo de montaje; la brusquedad deliberada de Tavernier encadena milagrosamente con una narración fluida, nunca confusa, donde encontramos al fascinante Conan, un personaje lleno de matices y contradicciones, un mártir-redentor-ejecutor que es sanguinario y compasivo al mismo tiempo, quizá el último hombre lúcido inmerso en la locura de la guerra. Porque CAPITAINE CONAN no es PATHS OF GLORY, aunque lo parezca; podría pasar por su hija bastarda, por su remate de amplificación nihilista; pero tengo que rendirme ante esta película, increíblemente aún por descubrir por el gran público a doce años de su estreno. El film termina, estamos todavía acongojados en nuestro sillón y es cuando flamean las preguntas: ¿somos realmente estúpidos? Sí, francamente estúpidos.
Saludos bajo el fuego enemigo.
2 comentarios:
Tendré que verla, entre tus comentarios y la calificación en Filmaffinity me habeis convencido
Pfff, tanta sintonía cinéfila está dándome escalofríos.
Bueno, esta obra maestra de Monsieur Tavernier no es, en mi opinión, la mejor cinta bélica de la Historia del Cine, pero sí está entre mis 5 favoritas.
Sitúo por delante a "El Gran Desfile", "Sin novedad en el frente", "Senderos de Gloria" y "Salvar al soldado Ryan" (que no gusta nada a Tavernier).
Dicho esto, añado: Absolutamente imprescindible. Es como una especie de puente entre "Senderos de Gloria" y "Los mejores años de nuestra vida".
Existen lecturas a varios niveles, como siempre, pero a mí me llamó la atención la moraleja más mundana de la peli: las guerras las ganan unos pocos soldados, el resto son carne de cañón.
joder, la escena final de Conan al rescate contra los bolcheviques es que es magnífica.
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