Tengamos en cuenta que GOOD BOY es noruega, que su director tenía 23 años y que dura poco más de una hora, lo que nos presenta un cóctel que no parece de este tiempo de rellenos innecesarios. Una vez aclarado, les prevengo de que aquí está todo muy claro desde el principio, y que la zona spoilers carece de sentido, por lo que podemos ir al grano sin problema. Él es un joven atractivo y heredero de una gran fortuna, pero que necesita Tinder para conocer a una chica que, claro, cae rendida ante lo que a toda luces es un príncipe azul. Y todo va bien, excepto porque él tiene un perro, y no porque ella sea alérgica, sino porque el perro en realidad es un hombre con un disfraz, pero cuyo comportamiento es enteramente el de un perro. Y es una película muy recomendable, que no se entretiene en hacerse la lista ni la importante, y que ofrece una visión perturbadora por cuanto tampoco da grandes explicaciones, y prefiere que saquemos nuestras propias conclusiones, sobre todo en el terreno moral, que funciona bastante mejr que el supuesto relato de horror psicológico, que se torna previsible demasiado pronto. Es verdad que tiene algunos momentos impactantes, pero también que nunca llega a ser todo lo escabrosa que promete, y la sensación general es de un film que parte de una idea originalísima y arriesgada, pero que se le podría haber sacado mucha más punta. Que Hollywood va a hacer un remake en breve es algo que todos tenemos muy claro...
Saludos.
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