Es buen momento para recuperar HOMBRE MIRANDO AL SUDESTE, en la que Eliseo Subiela exploraba los enigmas de la locura, proponiendo una pausa reflexiva y poética, en la que son puestas en cuestión las máximas que evitan, precisamente, que nos volvamos todos locos. Seguro que les suena. La historia de un hombre que aparece en un psiquiátrico, convirtiéndose en la obsesión de un médico, al no tener ninguna identidad conocida, como si se hubiese corporeizado repentinamente, al tiempo que le confiesa provenir de otro mundo, y que el mejor sitio donde podría pasar desapercibido es, claro, entre locos. Subiela, cineasta exacerbado, que nunca se guardaba nada en su intensa mirada fílmica, transita desde la genialidad a la gansada, con momentos inolvidables (la dirección de la orquesta) y otros menos inspirados, pero con una originalidad punzante, capaz de elaborar un sorprendente discurso crítico contra un estado político que no parece haber mejorado mucho en casi cuarenta años. Y sí, seguro que muchos han hecho galopar sus recuerdos hasta K-PAX, aquel indisimulado y en mi opinión estupendo remake, protagonizado por Kevin Spacey y Jeff Bridges; ésta es mejor, más cruda y desencantada, pero ambas suponen una vuelta de tuerca muy necesaria a la ciencia ficción capaz de poner a prueba a espectadores medianamente entrenados.
Saludos.
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