Acabó Sitges, reseñemos Sitges, empecemos este año por lo gordo, nada nos lo impide. La ganadora ha sido DES TEUFELS BAD, del ya consolidado tándem Franz/Fiala, y que nos sirve para considerar este certamen como el reverso inquietante del pasado; en absoluto por este film, que pasa de puntillas por una especie de folk horror que en realidad sirve como excusa para apuntalar un tristísimo acotamiento a una mente incapaz de soportar su propia deriva existencial. Esto hoy día tiene psicoanalistas, pastillas de esas y terapias chorras, pero en mil setecientos y pico, en un entorno rural y apartado, era otra cosa más soterrada y pendiente de las veleidades de la resignación y el arrepentimiento como único asidero para un día a día toscamente inamovible. No esperen encontrar aquí un film de terror al uso, aunque su premisa es terrible, y mira directamente a esa angustia existencial que destilaba Bergman desde, por ejemplo, LOS COMULGANTES, que sí me parece la influencia más directa para descifrar este desesperanzado estudio sobre la depresión, la incomprensión y la incapacidad que los entornos cerrados ofrecen para un mínimo desarrollo sensorial, a menos que se acepten los sacrificios diarios como parte de la vida misma.
No me parece una grandísima película, y su tono puede dejar frío a espectadores con pocas expectativas intelectuales, pero sí creo que es un camino acertado para unos cineastas que se resisten a ser encasillados en un género.
Saludos.
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