jueves, 24 de octubre de 2019
Películas para desengancharse #69
Evidentemente, GIANT tenía que aparecer por aquí. Para rematar el desenganche a la "trilogía Dean" y para dejar constancia de que es prácticamente imposible hacer algo similar hoy día. Desmesurada, machacona, ensimismada en la barbaridad de instantáneas de una América bicéfala, adoptada a golpe de sangres y escupitajos, podría ser el mejor piloto posible para una serie que nunca existió, o un encadenado agonista capaz de ejercer la desmitificación desde la grandilocuencia. Contradictoria postal del eje Norte/Sur, que aquí es una bestial Texas (595.000 acres en un desayuno), madre adoptiva de la damita de Maryland que acepta tragar polvo para torcerle ella sola el brazo a una sociedad tan racista, violenta y misógina, precisamente por no saber qué diablos significan esos términos, de tan aceptados. La película es una, sí, gigantesca danza sobre el volcán, donde unos caen, otros se queman, y algunos sobreviven para contarlo y hacerse millonarios. Y no es Dean el gran protagonista, porque ese honor queda para la pareja Hudson/Taylor, que puede que nunca llegasen a estar tan bien dirigidos; para Dean queda el trecho final, encarnando con sólo 24 años a un magnate casual con más de 50, acabado por la bebida y cegado por la envidia de haber accedido al lugar de los elegidos por un golpe de suerte. GIANT tiene esa extraña cualidad de las grandes películas, y que yo llamo "panorámica detallista". A mí me parece una película magistral, con una fotografía de William Mellor que sigue siendo objeto de estudio, una partitura antológica del maestro Tiomkin y, sobre todo, una dirección de actores sutilmente heterogénea.
Maravillosa, más que nada porque no puede volverse a hacer.
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
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