domingo, 14 de mayo de 2017

Rincón del freak #268: Imagen perdida o desequilibrada



Terminando con este pequeño repaso a algunas películas que han abordado, en mayor o menor medida, los peligros y subterfugios de la imagen, y como no podía ser de otra manera, lo hacemos con uno de esos ejemplos perfectos de cómo no hay que hacer una película. Y no dudo de que el canadiense Jon Knautz, al igual que ocurriera con su anterior obra THE SHRINE, no tuviera una imagen fija y poderosa en mente cuando concibió GODDESS OF LOVE. El problema es que, pese a tenerlo todo muy a favor, acaba por firmar una desdichada opereta sin pies ni cabeza, que remite vergonzosamente al rompecabezas lynchiano y se queda en un justito blandiporno, muy cerca de los mediometrajes de Playboy. Y hay que ser torpe, porque uno queda inmediatamente fascinado con su protagonista, la explosiva Alexis Kendra, que encarna aquí a una misteriosa mujer, que vive rodeada de amuletos y antigüedades, trabaja por las noches en una sala de strip tease y parece tener un apetito sexual inacabable. Knautz sugiere lo que el mismo título indica, que quizá podamos estar ante una genuina encarnación de la diosa del amor, ya que su nombre (Venus) y extrañas costumbres (beber como un cosaco, fumar grandes pipas de opio y enfrentarse a cualquiera que la incomode) nos dejan preguntándonos quién es exactamente Venus. Su obsesión por un fotógrafo la lleva a una espiral de pasión, celos y remordimientos que parecen estar rozando el desequilibrio mental. El final no es que sea decepcionante, sino que directamente destroza cualquier buena intención que el guion pudiera albergar, y deja una prometedora película de tintes sobrenaturales en una gilipollez sin sentido para caer rendido a las cuatro de la tarde de, por ejemplo, este Domingo.
Avisados quedan.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!