martes, 25 de agosto de 2015

Los mirones



Hay películas que, por un motivo u otro, pasan desapercibidas casi obligatoriamente, y no deberían. Le pasó hace más de dos décadas a THE PUBLIC EYE, una inteligentísima disección de los bajos fondos y sus conexiones con las altas esferas, y todo a través de la amoral y neutra mirada de un fotógrafo, que comienza como un carroñero y acaba desencantado de la basura que sus ojos contemplan cada día. En los oscar de este mismo año, NIGHTCRAWLER, la ópera prima de Dan Gilroy (atención a este nombre) optaba a un supongo que meritorio nominado al mejor guion original. No ganó, lo hizo un galimatías ombliguista, pero aún más incomprensible es que su protagonista, un inconmensurable Jake Gyllenhaal, no estuviera tan siquiera nominado como actor principal. Comparar el esforzado ejercicio de mímica contorsionista de Eddie Redmayne (ganador, a la postre) con el sombrío magnetismo de Gyllenhaal, parece una broma, pero es así. Su personaje no puede ser clasificado en ningún apartado; si es villano, es el peor, un manipulador, cruel, frío y misántropo "hombre alejado de los hombres" ¿pero qué clase de malvado, cuando todo lo que le rodea no es más que podredumbre moral? Lo primero que vemos es a un ladrón, nocturno e insomne (la sensación es que este personaje jamás duerme), que sólo tiene un interés en la vida: medrar. Sea como sea y caiga quien caiga. Intenta acceder a trabajos, pero ni siquiera su pérfida labia le sirve, pues su reputación le precede y es sistemáticamente rechazado. Hasta que es testigo de un accidente de tráfico y de cómo los cámaras llegan a tiempo récord, justo para lanzar la imágenes más potentes y sensacionalistas, de dichos accidentes, asaltos, asesinatos... Lou Bloom, el hombre sin aficiones, sin amigos, sin vida, fiel reflejo de una sociedad alienada, que crea sus monstruos y los integra en su seno, comprende que todo vale, y ese será su mantra para llegar más rápido a la caza de una imagen, más aún que el resto de reporteros, incluso más rápido que la policía. Como guion, NIGHTCRAWLER es una maravilla de complejidad concisa, sin necesidad de filigranas gastadas ni golpes de efecto; su gran baza es la inquietante atmósfera, contenida y chisporroteante, que extrae de la noche angelina, muy en la línea de los mejores Michael Mann o Paul Schrader. Sin embargo, uno no puede quitarse de la cabeza el demoledor trabajo de Gyllenhaal, que parece sacado directamente de un film expresionista alemán o del trasplante hipergenético de un Ripley salido de alguna parte del infierno...
Se quedará varios días rondando por tu mente...
Saludos.

2 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...

Podría haber sido el nuevo taxi driver, pero no. Sigo sin entender por qué Jake Gyllenhaal adelgazó tanto para este papel.

dvd dijo...

Pero si no come ni duerme... El diálogo con René Russo en el restaurante es una barbaridad, y apenas dice nada sacado de contexto. A mí me ha encantado...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!