jueves, 7 de agosto de 2014

Alain Resnais: Tributo a un maestro #22



LES HERBES FOLLES, de 2009, cogió a casi todo el mundo a contramano. Como debe ser, por otra parte. No he leído la novela de Christian Gailly en la que se basa, pero si tiene la mitad de la inventiva del film de Resnais debe ser una gran obra. Y es complicado describirla (qué maravilla decir esto de un director octogenario entonces), pero me inclino a pensar un estado de ánimo, difícilmente atribuible, un pensamiento enroscado en derredor de una idea desechada, inservible, apartada del camino principal y transformada en acaso o esfuerzo ordenativo. E ideo, conmino al moribundo (claro, PROVIDENCE) o borracho, o, parece astutamente apuntado al final, el niño sin malicia que forma su futura psique. Por eso lo que creemos ver y entender se nos escurre; por eso el personaje de Marguerite, dentista y aviadora, es el contrapunto absoluto (por colores, por animosidad, por curiosidad, por todo) al de Georges, oscuro, inestable, quizá un asesino tranquilo, hogareño y cinéfilo... La colisión progresiva de ambos parte de lo convencional y casi burdo, para terminar gestando una geografía humana donde lo solipsista es premiado por caer enfermo de inteligencia. Es una película que podría ser un cómic o una novela que podría ser una anécdota en un periódico; o a lo mejor es una despedida, tan consciente de serlo que, a mí al menos, de ser así, me asusta.
Gran cine, de una emoción que no tiene nada de sentimental...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!