sábado, 5 de octubre de 2013
Senilidad y creación
Escribí no hace mucho, a propósito de aquel juguete llamado DEMENTIA 13 que Roger Corman puso en manos de un joven Francis Ford Coppola, algo así como lo peligroso que hubiese resultado la autoindulgencia para un director en ciernes que, ya por entonces, se sabía capaz de los más altos logros cinematográficos. En su última película hasta el momento, Coppola parece o bien refugiarse en unos ropajes que de ninguna manera le corresponden, o haber sufrido un súbito ataque de amnesia o (nunca mejor dicho) demencia senil. El problema de películas como TETRO, YOUTH WITHOUT YOUTH y TWIXT, con la que dejaremos aquí el minirepaso a Coppola, es intentar atribuirlas a un director que nos suena por otras cosas muy diferentes ¿Que aun así debemos contarla? Pues contemos que el film empieza cojonudamente, con un escritor de tercera división, émulo pálido de Stephen King, que llega a un enigmático pueblo para firmar su última obra y, de paso, buscar inspiración. Mientras nos regocijamos en un embotado Val Kilmer explotando una vis cómica que yo no le recordaba, rodeado de botellas de whisky y firmando un par de libros en una ferretería, el extraño artefacto que es TWIXT funciona e incluso enternece; lo malo es que Coppola piensa que en realidad sí que tiene un buen guion, lo suficientemente complejo como para colocarnos inmediatamente una truculenta historia sobre un demente que mató a varios niños bajo la premisa de salvarlos del fin del mundo. No contento con ello, mete a Edgar Allan Poe (...!!!...) en plan fantasmal, que será el que vaya iluminando al pobre escritorzuelo metido en faenas detectivescas; amén de la joven Elle Fanning como una improbable vampira con brackets (!!!), un ajado y achacoso Bruce Dern y un circo gótico que no se qué diantres pinta en todo esto... Insisto: TWIXT es la película que no debería haber sido, no sólo porque su tratamiento visual carezca de peso y enjundia, sino porque, de haberse reído de sí mismo, no estaríamos juzgando a este último Coppola como un viejo desorientado. Al menos no debería merecerlo.
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
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