domingo, 2 de diciembre de 2012

Rincón del freak #87: Miedo rural en la agreste tierra de las patadas en toda la boca



A poco que uno va internándose en el profundo bosque de las filmografías orientales menos transitadas, puede ir descubriendo todo tipo de artefactos a cual más insólito. No ya, que las nuevas tecnologías nos dan la oportunidad de llegar donde antes sólo alcanzaba el crítico subvencionado, pero sigue siendo un estimulante ejercicio, por comparación y mesura de tonos. Una que he visto hace poco es NANG NAK, a simple vista una película más de fantasmas porculeros de ojos rasgados, aunque bien mirada, y pese a sus muchos defectos, su vocación bien pudiese ser otra muy diferente. Desde luego, sobresale su exacerbado romanticismo, que desde su apresurado comienzo nos pone en situación: Mediados del Siglo XIX, un hombre descamisado (nótese que era la costumbre en la Tailandia de la selva interior) y con los dientes negros de masticar té (misma cosa...) regresa del frente con la turbiedad en el ánimo de haber perdido a su mejor amigo pero el solaz de encontrarse con su mujercita (suerte de modelo andrógina que le da al arado arrocero) y su hijo casi recién nacido. Lo que el incauto no sospecha es que en realidad la mujer se murió durante el parto y ahora es un espectro (de buen ver pero espectro al fin y al cabo) que ha usado sus malas artes (para ella buenas, claro) para hechizar a su antiguo marido (se ve que el divorcio no se estilaba allí y entonces) y quedarse haciéndole comiditas (de las de comer, malpensaos) durante toda la eternidad ever... Resumiendo, la película es un pestiño de lentitud con una utilización de los planos selváticos magnífica; como Weerasethakul pero en terrorífico (y malo), aunque lo que se dice miedo no es que de mucho, la verdad. Una curiosidad de esas que yo veo los fines de semana y la constatación de que hay cutrerío más allá de Nicolas Cage...
Saludos de uno que comienza sus vacaciones invernales mañana.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!