domingo, 23 de enero de 2011

Rincón del freak #12: Viaje en el tiempo por la cara (que es como debe ser, cojones ya)



Parece que haya pasado una eternidad, y sin embargo no es así, que 1986 fue el año de Querétaro, cuando me despedí de mi primer barrio y uno empezaba a ir al cine sin los papis. De aquellas incautas sesiones, un abigarrado día de otoño, me topé con una bizarrada cuyos efectos aún me duran, sin saber a ciencia cierta si son negativos o positivos. BIGGLES se presentaba por aquel tiempo como "una gran aventura para todos los públicos", lo cual no es del todo incierto; pero vamos, yo he visto pelis de TROMA (ojito con lo que digo) menos cutres que ésta. Partamos de la base de que Biggles es un personaje muy conocido en Inglaterra, una especie de héroe de la aviación en la Primera Guerra Mundial, con aquellos aeroplanos biplaza y los gorracos de cuero con hebilla y gafas full eye. En fin, que vemos a un yuppie de aquellos tiempos en una oficina de publicidad en La Gran Manzana (aunque si nos dicen Segovia también me lo creo); de repente sale un trueno-relámpago azul que lo transporta al conflicto bélico; allí conocerá a Biggles, que también lleva el pelo cardado aunque sea 1916 y que se encarga de reventar "comedores de salchichas" por doquier (la frase es literal). Esto ocurre unas diez veces a lo largo del insufrible metraje, a medida que nos vamos dando cuenta de las razones por las que nunca volvió a saberse de sus protagonistas y además lanzaron al responsable de los efectos especiales al Támesis con los pies en cemento armado... Para rematar, embaucaron al pobre Peter Cushing, convertido aquí en una pantomima de sí mismo que vive nada menos que en los bajos del Puente de Londres y que, desgraciadamente, hizo aquí su última actuación. Todo muy eighties, con un ritmo a hipidos, más licencias que la UNED y una banda sonora a cargo del gran Jon Anderson que me atrevo a decir que es casi lo único que podría salvar de un apaleamiento general. Francamente, revísenla sólo si de verdad se consideran unos freaks irreductibles y poseen saberes old school; si no es así, simplemente manténganse alejados.
Saludos temporeros.

3 comentarios:

Lucifer, Becario del Mal dijo...

Yum, pues tiene buena pinta. Salvo por lo de familiar, claro.
Saludos!

Dr. Quatermass dijo...

Nunca la ví..... pero tenía el juego en el Spectrum.. ¿suficientemente friki for you? ;-)

dvd dijo...

Jajajaja... Sí, Dr., yo también jugué a aquello; no lo recuerdo con claridad, pero creo que era cutrecillo también ¿no?...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!