miércoles, 5 de enero de 2011
Las nubes se levantan
En el seno del Real Madrid llevan dándole vueltas a un asunto que les trae de cabeza; pese a llevar gastados la intemerata de pasta, no pueden superar la hegemonía de juego y resultados del Barça. Sabemos que el fútbol es la ciencia inexacta por antonomasia, pero Pep Guardiola dio una clave, quizá la más importante, para explicar esto. Dijo que en España hay muchas excelentes canteras de jugadores, pero que en el Barça los ponen. Así de simple.
Cuando un joven pizpireto y soñador se encuentra en una cafetería de la facultad y repasa obsesivamente sus dos o tres guiones, sólo tiene un objetivo en mente: encontrar un productor. Al mismo tiempo, su ánimo se tambalea: sabe que no hay un solo productor que sea tan arriesgado para embarcarse en un proyecto tan poco prosaico como el suyo. Habrán de pasar no menos de diez años para que ese descorporeizado y orgulloso genio se convierta en un inocuo funcionario y sus guiones sean pasto de la carcoma.
Puede que Eddie Saeta sea el Barça del cine español, y Luis Miñarro el Pep Guardiola... ¿convierte eso a Albert Serra en una especie de Messi? No sé, quizá la comparación no haya sido todo lo afortunada que hubiese deseado; lo que sí es cierto es que Eddie Saeta produce aquellos proyectos que, sin ser ni mucho menos caros, están destinados a construir el futuro (el presente) de nuestro cine, algo que sí están viendo en una importante cantidad de festivales, mientras que aquí seguimos siendo pollinos ibéricos, especie en vías de expansión.
EL CANT DELS OCELLS es la segunda película de Serra tras la impresionante HONOR DE CAVALLERIA, si obviamos un primer e ignoto trabajo que jamás llegó a estrenarse. Y la cosa no puede ser más simple, se nos cuenta la archiconocida epopeya de los tres Reyes Magos camino de Belén, donde el niño está en el pesebre con José y María y bla bla bla... Lo menos importante aquí es el motivo religioso-folklórico, perfectamente obviable y sustituible por la revolución sensorial llevada a cabo por Serra a lo largo de 100 hipnóticos minutos de imágenes que no habíamos visto antes en una pantalla. Éste es el logro del director de Banyoles, despojarse de cualquier hálito intelectualoide y pedantesco, llenar la pantalla de la fresca hermosura del paisaje volcánico islandés apenas hollado por tres pequeñas figuras que deambulan sin grandes alardes; sí, son los tres Reyes a los que cada año se les colocan bajo los pies horteradas en forma de carrozas de oro y demás. EL CANT DELS OCELLS es cine en estado puro, la constatación del descomunal talento de un director insólito que sólo confía en la cantera y que es capaz de sumergirse en los grandes temas de la humanidad con la mirada limpia de un niño, felizmente libre de las ataduras sociales que nos son impuestas aunque no lo hayamos pedido.
Saludos reales.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
6 comentarios:
Que escondidito tenía usted este blog eh? Genial! Perdoneme, pero me entere de su existencia hace muy poco!!!
Un saludo!
Serra es un esteta que me cae mal desde que firmó hace un par de años el bochornoso panfleto contra Boyero.
Es un descreído de la narrativa, por eso sus películas son un rollo patatero, porque no cuentan nada. Aunque son muy bonitas. Yo he visto (casi enteras) su caballería y ésta que comentas hoy. Destilan elitismo intelectual, por lo que me repelen.
Supongo que pronto aparecerá alguna de sus escenas en MM precedida de su "esto no es cine, es una mierda".
Albert Serra es todo un personaje, que ha salido en bata en algunas entrevistas televisivas hechas en su casa. Estas dos pelis que mencionas no las he visto pero sí que vi su primer trabajo: "Crespià, the Film not the Village"; y la vi en el cine, por eso me ha extrañado de que comentaras que no se había estrenado. Y respecto a esa peli la verdad es que no hay que tomársela en serio porque te ríes de lo que ocurre en ella por la espontaneidad de los personajes y de algunas escenas un tanto surrealistas. Parece que todo valía en ese film inclasificable.
Un saludo!
No, hombre, escondido no estaba... ni mucho menos, que son ya tres años con esto...
Del señor Serra no me mosquea ninguna crítica negativa, porque lo entiendo y porque es un cine tan personal que sólo puede existir en los extremos.
Las noticias que tengo es que CRESPIÁ... no se estrenó en ningún cine porque era poco menos que un trabajo de facultad; ahora bien, si alguna filmoteca luego la ha puesto ahí no digo nada, claro...
Y, bueno, por echarle una mano diría que sí, que el tipo es un excéntrico, pero en Figueras había otro y... en fin...
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