Se puede (y se debe) hacer cine extraño, desasosegante, desestabilizador, lleno de aristas y origen de preguntas antes que de respuestas. Ese cine es necesario y raro de compatibilizar con cierta comercialidad, o sólo hacerlo accesible al gran público. Nos olvidamos por un momento del cine de autor y nos centramos en los debutantes y su all or nothing crucial; la prueba de fuego que va a decidir si seguirán haciendo películas regularmente o caerán en el ostracismo del fondo de catálogo.
THE STRANGERS, de Bryan Bertino. Un ejercicio de terror inducido con ínfulas de grandes obras como ROPE o SLEUTH; pero claro, Liv Tyler y Scott Speedman no son, ni nunca serán, James Stewart o Michael Caine, con lo cual el film pierde su primera batalla. El segundo punto sería la tensión proveniente de lo inexplicable, como es el hecho de que una misteriosa voz (no podemos ver el rostro) dé el coñazo a la pareja en crisis de forma reiterativa. Chungo, porque, hombre, ya que eres debutante, al menos sé audaz y muestra algún elemento que se pueda reconocer en el desenlace... nada. Luego, hay una cosa absurda que es empezar con el final y, como decía, no mostrar nada entre medias... ¿para qué? El final es una tontería que el director puede ahorrarse ya que no ha querido mostrar nada cuando debía ¿Qué pasa? ¿que el desasosiego va a venir exclusivamente de ver a tres enmascarados con cuchillos? Pero si eso ya lo inventó Carpenter en los setenta con resultados más dignos... No, no merece la pena seguir con el asunto; lo único que quería dejar escrito es mi incomprensión hacia ese tipo de cine que quiere jugar al escondite con el espectador y que no se da cuenta de que la sala, desde hace mucho, se ha quedado vacía... Frustrante, ¿eh?
Saludos extrañados.
4 comentarios:
¿Ves por qué defiendo a Carpenter? Si es que... Lo malo es que a mi este cine de terror malo al final me termina entreteniendo por más terrible que sea, así que no la descarto...
Por cierto, me encanta la nueva encuesta, pero me ha costado darle mi voto a Pe, aunque también he echado de menos a algún otro. ¿Para cuando una de directores coñazo?
Siempre tendré en cuenta las edificantes propuestas de mis lectores habituales. El problema con los directores es que uno no tiende a odiarles tanto porque no suelen aparecer por ningún lado, sino que odiamos sus pelis, así en general... Bueno, también está Almodóvar, claro...
Y la Coixet...
Bueno, a mí la Coixet no me cae mal del todo; sólo cuando intenta ponerse marujona, que es algo que a ella no le pega. Oye, que no tienes que convencernos de que eres un ser humano normal y corriente... Cosas de artistas...
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