domingo, 8 de febrero de 2009

En el límite del objeto filmado

Dos maneras bien diferenciadas son las que puede utilizar un espectador medio a la hora de enfrentarse a una de las películas más enigmáticas e inabordables de ese alquimista de lo terrenal que fue Ingmar Bergman. La película que realmente quiere rodar David Lynch es PERSONA, más exactamente, podríamos aseverar que sus últimos filmes intentan (sin lograrlo) apresar la verdadera esencia de la cinta sueca, captar su críptico mensaje ausente de belleza, basado en "todo lo que usted ve es todo lo que hay".
En PERSONA, la trama, nimia, tibia, sin peso específico, es sólo una desconcertante excusa para que Bergman abra su atormentada mente y nos deje entrar. El problema es que no estamos preparados para esto, que (aquí sí) no podemos entender lo que ocurre mientras observamos el rostro de Liv Ullmann o escuchamos el interminable soliloquio de Bibi Andersson. Eso no importa, no es más que una treta con la que Bergman juega al despiste con las mentes simples que aún creen estar viendo una película convencional sobre una actriz con problemas emocionales y una enfermera envidiosa que anhelaría vivir la vida llena de glamour de la actriz a la que cuida. Nada de eso. Yo no sé aún cuál es ese punto decisivo, porque mi mente es simple y no puede equipararse a la de Bergman, situado en un plano distinto de percepción.
Si nos fijamos bien, las dos actrices rehuyen mirarse al principio, más tarde establecen una complicidad apaciguadora, para terminar mirando directamente a cámara, obscenamente, diríamos, desnudas de la última frontera, despojadas de su humanidad, convertidas en objeto ¿Pero qué es una imagen filmada sino un objeto sin alma? Ver PERSONA es adelantarnos a nuestra propia muerte, abandonarnos a la no-creencia y aborrecer finalmente la consecuencia artística, porque hemos visto la escatología de la que se nutren las estrellas antes de ser desmenuzadas hasta ser polvo.
Una de las películas más importantes de todos los tiempos.
Saludos personales.

5 comentarios:

Groupiedej dijo...

¿Pero tenía trama? Me turbó tanto la primera vez, me dejó tan descompuesto y tan postrado, que nunca que me atrevido a verla de nuevo, y eso que ha llovido mucho desde entonces. Quizá este tampoco sea el mejor momento, aunque es de esas que siempre tengo en la memoria para retomar cuando me lo permita el cuerpo.

Capri c'est fini dijo...

Una de las películas más inquietantes que he visto, pero creo que esto lo que pretendía el gran Bergman... Dices muy bien, es mejor no quedarse en la superficie de lo que uno ve. Saludos.

Anónimo dijo...

Hola, soy el fumigador, dicen por ahí que Godard no comprendió nada de la película al verla. Jean-Luc por supuesto adoraba la obra de Bergman. También se cuenta que la idea de la película le vino estando ingresado en un hospital a raíz de una crisis de las suyas, crisis vital,existencial, encrucijada. Tengo que ver Persona unas ocho veces más a ver si me entero de algo, quiero decir de todo.

ethan dijo...

Si hay una película referencia de las demás, el eje de la obra de Bergman, esa es "Persona".
Saludos!

Raúl Cornejo (Vivir Rodando) dijo...

Absolutamente turbadora

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!