En Estados Unidos, el cine ha conocido diversos totems, vacas sagradas que en su momento obtuvieron el beneplácito de crítica y público; eran quienes convertían en oro todo cuanto tocaban. Francis Ford Coppola estaba entre ellos cuando los grandes estudios empezaron a derrumbarse y la financiación, resentida, buscaba guiones sólidos y directores solventes.
De Coppola recordamos, sobre todo, su fatalista visión acerca de algunos temas que parecían tabú en la sociedad americana. Legó un impresionante fresco sobre las mafias y sus tentáculos en sus "padrinos"; le pintó la cara a los defensores de la matanza en Vietnam con APOCALYPSE NOW; para acabar derrumbándose él mismo en ONE FROM THE HEART, o cómo la industria siempre termina por devolvértela.
Coppola se refugió desde entonces en sus actores como vehículo para dar a entender sus fantasías personales. Así, llegamos a un último e inédito trabajo, YOUTH WITHOUT YOUTH, que representa la última frontera del egomaníaco buscando una redención que le había sido negada. Quién lo diría hace veinticinco años, Coppola sin distribuidora en nuestro país...
Pero nada es casual. Existen dos o tres películas "menores" en su filmografía que revelan muchas de las claves de una trayectoria llena de altibajos. Tenemos tiempo para hablar de todas, pero mi favorita, seguramente, es PEGGY SUE GOT MARRIED; una delirante ensoñación sobre la imposibilidad de parar el reloj y las trampas derivadas de intentarlo. Coppola lo embadurna todo del aire dulzón de los años cincuenta (los americanos, claro) y juega al despiste al presentar unos personajes rayanos en la parodia. Sí, podría ser un film más dentro de esa turbiedad pseudo-fantástica que ayuda a aligerar lo mediocre para hacerlo comercial, pero me gustaría llamar la atención sobre el tramo final de esta película, que la torna extrañamente ambigua y que la eleva por encima de propuestas aparentemente de mayor calidad, como la reciente THE CURIOUS CASE OF BENJAMIN BUTTON. En dicho final, todo lo que habíamos visto anteriormente como cine agradable y curioso, es, en sí, una terrorífica reflexión sobre cómo influye el paso del tiempo en las personas que no lo perciben, que lo justifican todo en base a hacer de sí mismos una parodia andante. Es por ello que recomiendo una segunda oportunidad a este film semiolvidado, con mucha más carga de profundidad de lo que podríamos imaginar actualmente.
Saludos retro.
2 comentarios:
¿Semiolvidada? No será por mi. Me parece fascinante de principio a fin, y mucho, mucho, mucho mejor película que la mayoría de lo que el señor Coppola hizo posteriormente.
No recuerdo que me gustara mucho. Pero le daré una segunda oportunidad y volveremos a hablar...
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