viernes, 7 de febrero de 2025

Películas para desengancharse #130


 

Rápido, desengánchense. Está comprobado que el efecto de POSSESSION sobre las personas de bien les termina convirtiendo a la secta de cinéfilos exigentes, que nunca renuncian a mirar la pantalla con curiosidad. Por eso no les pongo aquí ningún fotograma epatante, ninguna de esas postales con las que Zulawski redefinió el cine de terror en 1981, sorteando todas las trampas del drama psicológico, para entregar un film tan inclasificable como espeluznante. Un viaje a la depresión tras la ruptura de una pareja, que es tanto una pérdida de pie con la realidad como un descenso literal (uno de los más literales que el cine ha ofrecido jamás) al infierno, inmejorablemente recreado en un Berlín hostil y anonadado. Exactamente igual que su pareja protagonista, unos Sam Neill e Isabelle Adjani elevados a la máxima potencia, conjugando en su colección de miradas perdidas, ademanes torcaces y parlamentos apocalípticos, ese paso sin retorno hacia "la otredad", donde ya no nos reconocemos más que en el dolor o el éxtasis. El guion, escrito por Zulawski y Frederic Tuten, es mucho menos caótico de lo que parece; lo es su ritmo hiposo y desquiciado, pero no la maraña de acontecimientos que se va revelando pacientemente, y que tiene sentido sin explicitar casi nada. Muchas de sus posibles lecturas son tan válidas como la artimaña de un desdoblamiento de la personalidad, el horror de corporeizar la enfermedad mental como única válvula de escape, o la conflagración de la feminidad que al fin encuentra su emancipación, y que muchos, cómo no, encuentran monstruoso. Es todo eso y/o mucho más, y desde luego es un espejo en el que deberían mirarse muchos nuevos directores, que con el doble de administraciones no llegan a rozar uno solo de los momentos más intensos de este verdadero anticlásico.
Todo ello puede ser, y luego está la escena del metro...
Saludos.

No hay comentarios:

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!