domingo, 4 de noviembre de 2018

Rincón del freak #328: Extraterrestres con vocación rural



En las estanterías de los míticos videoclubs de los ochenta, no eran pocos los títulos que aludían directamente a cualquier film de éxito, ya fuera en las portadas (siempre varios puntos por encima de la película en sí) o en el título propiamente dicho. Así, tanto en los géneros de terror, fantasía o ciencia ficción, era habitual cometer el error (no puedo evitar la sonrisa al recordarlo) de creer, por ejemplo, que un tal Ator era lo mismo que Conan o que ENCOUNTER AT RAVEN'S GATE nos prometía una experiencia sensorial al mismo nivel que la mítica cinta de Spielberg. Nada de eso, porque se trata de un titulillo hecho con cuatro perras, actores con el carisma de un tierno corderito y una trama absolutamente delirante, porque aunque parte de una premisa interesante, luego el señor de Heer (con una larga y nada desdeñable filmografía a sus espaldas) se encarga de mezclar cualquier ocurrencia y acabar por perpetrar un batiburrillo ininteligible. Se supone que la cosa va de un encuentro extraterrestre en mitad del desierto australiano, pero esto se reduce a algunas luces, falta de agua y gente hablando como los pitufos (lo juro); de vez en cuando parece REBELDE SIN CAUSA, porque el protagonista es un inadaptado social (aunque parece el más cuerdo) y otras parece que nos van a contar un chiste diciendo que todo ha sido una broma. Lamentablemente no es así, y se lo toman tan en serio que el desastre queda consumado y hace que sus escasos noventa minutos se hagan más largos que un documental de Wang Bing...
Terrible.
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!