lunes, 16 de julio de 2018
Un secreto nada inquietante
Hay algo que le falta a MUSA para tener un funcionamiento correcto. Como un reloj estropeado, pero no me refiero al mecanismo, sino a algo más cercano a la superficie, cómo queda ajustado en la muñeca, por ejemplo. El nuevo film de Jaume Balagueró lo tiene todo para convencer, pero no convence; tiene algunos momentos muy bien rodados, sobre todo algunos diálogos impecables. Los actores están bien dirigidos y la trama fluye adecuadamente ¿Qué es, entonces, lo que impera en la sombra y la deja en una película que se olvida con facilidad? Yo diría que es su indefinición dialéctica, el no aferrarse con desesperación y hambre a su idea fundamental, la que habla de las musas como seres deificados, que se introducen en el mundo a través de la engañosa inspiración que ofrecen a los artistas. Tampoco ayuda lo convencional de algunas decisiones, como que el protagonista sea un profesor de literatura, o que el misterio todo gire en torno de un solo objeto, muy codiciado pero que curiosamente ha estado intacto hasta ahora... ¿Por qué? No lo sé. Creo que Balagueró, al contrario de lo que siempre opino de los directores sin talento, se fía emasiado de unos guionistas que no dejan volar su innato olfato para lo escabroso. Aquí había material para haber hecho un espeluznante y viscoso cuento de horror gótico, pero al final parece un telefilm cualquiera, elegantemene rodado, pero sin un gramo de libertad creativa. Se confirma que el tándem, una vez separado, no rueda como debería...
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
2 comentarios:
Un film decepcionante.
Saludos.
Sí, es la palabra. Se ve y se olvida como si nada, una pena.
Un saludo.
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