domingo, 7 de enero de 2018

Rincón del freak #297: El síndrome Burger King



No se me ocurre otro término para explicar todo fenómeno cinematográfico en el que, indiferentemente de la calidad, lo que sobresale es la extraña querencia por todo lo que un europeo que no haya ido nunca a Estados Unidos identificase como "típicamente americano" e incorporase como una especie de "embellecedor". Son niños rubios masticando chicle bajo una gorra de béisbol, hombres de tez curtida y fino flequillo grisáceo que estrechan a mujeres histéricas hasta convencerlas de su protección. Puestos de perritos calientes en un parque, taxis amarillos a toda velocidad, comer en cualquier sito a toda velocidad y luces de coches policía con una monótona voz ininteligible desde una radio. Lo hemos visto demasiadas veces y lo hemos aceptado sin pararnos a pensar que no son más que elementos externos, adornos sin peso específico o salsas de sabor intenso que ayudan a enmascarar el verdadero sabor de la hamburguesa. El de hoy es sólo un ejemplo, una peliculilla del inefable Lucio Fulci, que probablemente sea de los directores que más descaradamente ha nutrido sus trabajos de dicha parafernalia, con discutibles resultados siempre, pero títulos a los que por una razón aún no explicada volvemos periódicamente sólo para verificar que el tiempo ha hecho estragos irreparables... En nuestra inteligencia también. Se llama(ba) MANHATTAN BABY, y es que ya hasta el título reproducía tan malsana fijación con la parte norte del nuevo continente...
La tienen en YouTube, no me hagan que se la cuente encima...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!