viernes, 12 de febrero de 2016

German. Rodar pese a todo #5



No cabe duda de que KHRUSTALYOV, MASHINU!, que en 1998 optó por ejemplo a la Palma de Oro, es un adelanto en toda regla del demencial, caótico y por momentos atemorizante modo de rodar que German venía buscando desde sus inicios y que lograría plasmar en su gran obra póstuma. Pero no adelantemos acontecimientos, porque esta coproducción con el Canal + francés es un abigarrado viaje a ninguna parte, una sucesión de postales en movimiento que habla del terror staliniano con la misma naturalidad que la puede ver un niño. Otra vez la mirada infantil le sirve a German como preámbulo del horror, y pinta una sociedad instalada en la coacción y casi sin salvación aparente. La gente desaparece para siempre sólo por tener la mala suerte de pasar por el sitio equivocado; Siberia, como un infierno siempre al acecho, es una constante que mantiene al régimen como un monstruo intocable, e insaciable. Así, German nos lleva de la mano del inquietante doctor Klenski, doctor o General, no se sabe qué es más, o si ni siquiera es alguna de las dos cosas. Klenski es un déspota, un loco borracho de ideas megalómanas acerca de las cuotas de poder en el infame "hospital" (por llamarlo de alguna manera) que dirige como si de un pequeño dictador se tratase. Pero Klenski comete un pequeño error, y la maquinaria del régimen lo engulle con indiferencia al ser acusado de ayudar a los judíos en el momento de mayor antisemitismo por parte de un Stalin que, gravemente enfermo, creía ser presa de una conspiración médica. Toda la parte final del film se torna una pesadilla casi insoportable, German prácticamente abandona las líneas narrativas convencionales para sumergirnos en un infierno amoral y del que Klenski logra salir tan casualmente como llegó a él, aunque con unas secuelas imborrables.
Es la película que pudo rodar, porque no pudo rodar, pese a todo, la que él quiso desde varios años antes. Esa es otra historia que les contaremos la semana que viene, cómo no...
Saludos.

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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!