miércoles, 7 de septiembre de 2011
Así, sí
He sido el primero en criticar muchas veces el el paroxismo fílmico del incesante Takashi Miike, normalmente más preocupado en no cesar la producción que en mantener ciertas constantes de calidad. Fundamentalmente, lo que menos me gusta de su cine es una innovación que no es tal, sino que huele más a batiburrillo, a refritos indiscriminados de standards del género que toca cada vez, porque, eso sí, a ecléctico no hay quien gane al director japonés. Sin embargo, y no sé si por redención o madurez, Miike parece haber claudicado a los parabienes del clasicismo más rotundo; esperemos que dure para un futuro inmediato, al menos en esta 13-NIN NO SHIKAKU (13 ASESINOS en español), parece haberlo logrado. 13 ASESINOS arrasó en Venecia y Sitges, convenció a la crítica y dejó con un palmo de narices al público más palomitero-hollywoodense con su mezcla de rigor y salvajismo, muy a lo Kurosawa, muy a lo Peckinpah. A mí me da igual que se trate de un remake (Eiichi Kudo), que las correspondencias con el film de Kurosawa (aun con seis samuráis más) sean evidentes. Porque Miike decide que los actores deben actuar (y vaya si lo hacen), sin más aspavientos que los estrictamente necesarios; y que el guión ha de seguir una lógica que conduzca toda la trama a lo largo de dos horas que nunca se hacen pesadas. Es cierto que, si atendemos a la evidente escision en dos partes que el film sufre más o menos en su ecuador, la segunda parte es espectacular, puro nervio; pero no lo es menos que Miike prepara concienzudamente al "espectador que todo lo ha visto" a lo largo de un primer segmento que resulta insólito por su sobriedad y ergonomía de medios. 13 ASESINOS es cine de acción, no confundamos los términos por un exceso de celo, pero una acción en puro equilibrio, donde los personajes también se cansan y las vibraciones las vamos sintiendo con cada espadazo, mientras las ropas aparecen cada vez más manchadas de barro y sangre. No veremos aquí a lo que Hollywood entiende por héroes, sino a un grupo de hombres abnegados, que aceptan su fatal destino porque será la única oportunidad que tendrán de detener a un hombre sin alma (pocas veces se ha visto un tipo tan malvado y despiadado como el señor Naritsugu) que se dirige hacia su imparable ascenso al poder.
Lo dicho, para mí una inesperada sorpresa y una de las películas más entretenidas que he visto últimamente.
Saludos del Shogunato.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
4 comentarios:
Tooooooooodos los modernos acaban rindiéndose, un día u otro, al clasicicismo y al género, Lynch y su historia sencilla, Cronemberg y sus promesas, Aronofsky y sus luchadores etc, etc. y es entonces cuando crean, en mi opinión, sus mejores películas. Superando la risa que me dan los supuestamente honorables códigos de samurais, ronins y demás fauna nipona, reconozco que esta peli es notable aunque posea algunos tics que me chirrían, ese malo taaaaaaan malo... Destaco el personaje el loco del bosque que se carga a samurais a pedradas. Sí, merece la pena verla, aunque tampoco pasa nada por no verla.
Es que es así, ni más ni menos; es pararse un poco, echar el freno, darle a cada cosa su tiempo y no empezar a soltar chorradas porque sí. Esta película, sin inventar nada, te hace pasar un par de horitas estupendamente empleadas. Lo contrario de estafa es esto...
Ayer la ví, y a mí, pues oye, me pareció un film decente, entretenido y muy digno. Yo me lo pasé fenomenal... a mí los samurais me ponen, sentido del honor, nada más...
Un saludo!
Parece la redención de Miike, pero como este tipo hace cuatro películas al año (qué fatigas...) me da a mí que en breve vamos a tener otra ida de olla de las que tanto le gustan...
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