lunes, 2 de mayo de 2011
Cuestión de formato
La tele ¡ay! Pero cuánto daño le ha hecho al cine el formato televisivo; que sí, que lo digo yo, que una cosa es aquel entrañable Estrenos TV, con sus joyitas escondidas, siempre con profesionales solventes e incipientes proyectos de estrella junto a nobles y afanosos veteranos. La cosa ha cambiado, y no quedan claras las líneas definitorias mediante las que la televisión se ha mixturado con el mercado del DVD, por no hablar de las teleseries y su nuevo gran esplendor, demasiado hinchado las más de las veces.
De vez en cuando hay pequeñas sorpresas donde menos te lo esperas; así, atendiendo un poco a los créditos, encontramos, por ejemplo, a Uli Edel, un prometedor director alemán cuyo debut hace treinta años, YO, CRISTINA F., en absoluto indicaba la posterior deriva de su autor, que tras ocho años sin rodar logró colarse en Hollywood sólo para firmar uno de los peores desastres de la historia, BODY OF EVIDENCE, un bodrio para que Madonna enseñara cacho y poco más. Así que el bueno de Edel terminó trabajando mucho en la segunda división B, que es la que nos ocupa hoy. Mucho culebrón histórico, melodramático y hasta una surrealista hagiografía de ¡Mike Tyson!... Sin embargo, por ahí en medio andaba un curioso y original guión que mezclaba western y leyendas sobrenaturales con referencias más o menos directas a la Biblia. PURGATORY habla de un pueblo en ningún sitio al que llega un grupo de forajidos con la intención de ocultarse tras su último golpe, allí todo es tranquilidad y equilibrio, nadie lleva armas y todos los habitantes van a la iglesia al anochecer. Los forajidos intentarán descubrir quienes son en realidad, pero lo que descubren les sobrepasa más de lo que podían llegar a sospechar. Una trama más que interesante y mejorada con un reparto nada despreciable; nada menos que Sam Shepard, Peter Stormare y un actor tan limitadito como Eric Roberts mucho mejor que de costumbre.
Supongo que la pueden encontrar online o en esas estanterías olvidadas del mundo, si la recuperan pasarán una tardecita la mar de entretenida sin tener que aguantar al pseudoautorcete de turno.
Saludos purgados.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
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