miércoles, 2 de febrero de 2011
Alégrame el día #1
Un tipo con traje, bien parecido, gafas oscuras, patillas y un Magnum 44 bajo la chaqueta; nace un mito llamado Harry "el sucio" ¿Qué ha hecho de este personaje de dudosa moralidad y actos más que cuestionables uno de los iconos más reconocibles de los últimos cuarenta años? Cuarenta se acaban de cumplir desde que Clint Eastwood se puso a las órdenes del gran Don Siegel, del que ha reconocido repetidas veces que aprendió todo lo que sabe, para dar vida a un justiciero de impasible figura, implacable lenguaje y demoledores métodos. Puede que la respuesta esté en nuestro propio subconsciente; Harry reconoce al criminal, se enfrenta a él y lo elimina, digamos que "acorta sensiblemente" el proceso legal, por decirlo suavemente. Claro que lo pensamos, continuamente, no es políticamente correcto, pero el ojo por ojo proviene de la desesperación, de la impunidad a veces incomprensible. DIRTY HARRY fue una pequeña conmoción en aquellos años, no tanto por su explícita violencia como por lo difícil que era ubicar a ese enigmático personaje cuya idiosincrasia queda perfectamente reflejada en una frase "Harry odia a los negros, los indios, los chinos, los blancos... en realidad odia a todo el mundo"; su nuevo compañero, chicano, le pregunta por su etnia, pueden imaginarse la respuesta. En el arco temporal que abarca desde este seminal film hasta la reciente GRAN TORINO, Eastwood ha traspasado el umbral de su tenebroso apartamento, el único retiro donde logra un poco de paz y humanidad, esto es: sin nadie alrededor. Harry busca obsesivamente a Scorpio, un desquiciado asesino que mata sin móvil aparente y al que la justicia deja en libertad por la falta de unas pruebas que a él no le son necesarias para desenfundar su imponente Magnum 44 y acabar con el problema. Entre medias, un puñado de imágenes que han pasado a la historia del thriller, como el asalto al banco o el incesante acoso al que somete a Scorpio por su cuenta. Hoy día, los seguidores de este singular personaje son tantos como sus detractores, sería impensable imaginar un guión semejante sin que fuese tildado directamente de fascista; yo, que nunca he mezclado ideología y arte, veo más inmoralidad en MENTIRAS Y GORDAS que en DIRTY HARRY... Ustedes mismos.
Y mañana más. Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
6 comentarios:
Me gusta mucho Eastwood cuando lo dirige Siegel, creo que sus películas de entonces tenían una frescura de la que adolecen las últimas películas de Eastwood que me parecen demasiado "diseñadas" para cazar Óscars. Saludos. Borgo.
Me daré de hostias con quien haga falta por Dirty Harry (y hasta por Magnum Force), hay que entender que fue escrita respondiendo al clima social de la época.
Algunos criminales fueron puestos en libertad por la aplicación de nuevas leyes que protegian sus derechos, la sociedad no lo entendió del todo y hubo cierto clima de preocupación pero el Inspector Callahan les devolvió la tranquilidad.
¿Harry=Facha? probablemente si, pero debemos admitir que hay veces que nos gustaría que exisistiera un tipo así.
Un saludo.
Dirty Harry es mi héroe. Y me da igual que sus películas tengan una más que dudosa calidad, o que sean políticamente incorrectas. A mí me entretienen y eso me basta, además, que con lo políticamente correcto no se come. Mirad cómo nos va si no...
Me encanta cuando Harry Callahan la lía, le dan unos días de permiso y vuelve a liarla nuevamente, jeje... Qué grande.
Harry Callahan será un ejemplo todo lo nocivo y politicamente incorrecto que quieran... pero yo me declaro públicamente fan de este personaje/icono cinematográfico, de Don Siegel y por supuesto del gran Clint Eastwood.
"Dirty Harry" y "Magnum Force" son pelis que te alegran el día, dignas de una revisión, al menos, anual.
¿DVD este es el comienzo de un somero repaso de tan estupenda saga?
Saludos
(ciclos de cine)
Sí, dedicaremos los próximos días a dichos menesteres; espero que les aproveche...
Esta película hoy estaría prohibida de golipollas que nos hemos vuelto. Grande Eastwood y grande Siegel.
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