Puede que sea DUNE uno de los títulos de los que más se ha discutido en la red, creando toda una mitología a su alrededor que la ha favorecido en la misma medida que la ha podido perjudicar. Personalmente, DUNE estaría en un confortable lugar templadito dentro de la convulsa y contradictoria filmografía de David Lynch, actualmente el único director que es independiente y mainstream al mismo tiempo.
Me gusta DUNE, ahora como un perverso divertimento; hace veinte años, cuando la descubrí en plena euforia cinéfila adolescente, como un oscuro (y necesario) contrapunto al sci-fi para toda la familia de Lucas o Spielberg. Lynch tuvo que comprimir en un largometraje el vasto e intrincado laberinto de la megasaga ideada por Frank Herbert en plena eclosión lisérgica de los sesenta; una especie de compendio sociológico-político-libertario-revolucionario que nunca fue atacado por la censura precisamente porque su autor situó la acción muy lejos en el tiempo y en el espacio, cuando DUNE no es otra cosa sino un duro rapapolvo al capitalismo salvaje y sus devastadoras consecuencias ecológicas. He leído gran parte de los libros de Herbert y debo admitir una cosa: donde en aquéllos se impone la inteligencia y el sarcasmo, en el film de Lynch lo imperante es la subversión, el tono grotesco y la constante lucha entre el supuesto mesianismo de Paul Atreides o la posible e irreversible caída a un lado muy oscuro. Herbert nos hablaba de una especia capaz de expandir la consciencia infinitamente, y aparte de lo que usted y yo pensamos, lo cierto es que prefiero ver esto como una excusa que poddría ser cualquier cosa, ahora petróleo, café, e incluso agua, un agua inexistente en el planeta Dune; porque hablamos del cáncer de cualquier planeta: la explotación indebida de sus recursos. Luego, Lynch despliega su particular poder imaginativo y lo inunda todo de personajes deformes y esa oscura lujuria masoquista, más acorde con BLUE VELVET que con una saga espacial; pero reconozcámoslo: en otras manos, manos más convencionales, DUNE hace tiempo que se habría perdido en un viejo catálogo de VHS; en cambio, veinticinco años después nos encontramos ante una obra genuinamente "de culto". Algún día definiremos este concepto y lo pondremos, entre todos, al día.
Saludos arenosos.
4 comentarios:
Plenamente de acuerdo. Excelente comentario.
La vi hace tanto... Fue muy criticada en su momento. Igual Lynch es siempre un tipo interesante, distinto y que merece nuestro respeto.
yo creo que la peli en manos de Josorowski hubiera sido bastante más afín al libro y mejor película. Lynch asumió el encargo cuando estaba ya muy avanzado el proyecto y nunca se sintió cómodo, de hecho ni siquiera la considera como una peli suya.
A mí el libro me parece bastante mejor.
Es muy simple, si has leído el libro y lo tienes en la cabeza, la adaptación es buena. Si no lo has leído, no te enteras de nada.
Tengo que reconocer que visualmente me atrae.
Saludos!
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