lunes, 15 de diciembre de 2008

Buscando desesperadamente la redención

Son los alemanes un pueblo ciertamente curioso. En un ejercicio silencioso, inadvertido para casi todos, llevan buscando una especie de perdón universal por lo que todos ya sabemos; y no precisamente tirando de religión, que suele ser lo típico, sino abriendo, desnudando casi, su inexpresiva manera de entender la vida. Tenerse a uno mismo por un pueblo gris y monótono no debe ser muy alentador después de haber cometido un genocidio; los americanos, al menos, tienen a Jay Leno y a Will Smith...
Otro de los capítulos más asquerosos (lo siento, éste es el adjetivo adecuado) de la historia germana vendría a ser la construcción del muro de Berlín y sus catastróficas consecuencias económicas y sociales. Seguro que tiene que ser muy divertido vivir en Alemania a día de hoy, pero en las clases de historia debe haber superávit de pañuelos enjugando frentes ¿que no?
Curiosamente, y dado que una de las formas modernas de redención consiste en el exorcismo del cine, no son muchas las películas que se hayan atrevido a afrontar este controvertido momento de la historia alemana. Hace un par de años, el oscar a la mejor película de habla no inglesa fue a parar al insoportable (por lo contenido) retrato de un antiguo oficial de la STASI, encargado de interrogaciones y otras familiaridades. En DAS LEBEN DER ANDEREN, lo fundamental, creo yo, viene a ser el cambio que se va produciendo en este ser sin sentimientos ni vida propia a partir de dedicarse a espiar a un tipo que vendría a ser su antítesis: un escritor de ideas progresistas, con éxito y una mujer igualmente envidiada. Me interesa sobre todo este aspecto en tres fases: el interrogador que pasa a ser espía en la sombra, para acabar, en un puñado de escenas sobrecogedoras, como repartidor de un supermercado. Se describe perfectamente en esta incomodísima película cómo el ser humano siempre acaba aplastado por el sistema al que sirve, incapaz de separar su servidumbre casi animal de una existencia personal carente de sentido (y "sensibilidad").
Magnífica película, que no concede tanta importancia a los sobados aspectos históricos para centrarse en la tortuosa mente de una persona en claro proceso de deshumanización.
Saludos desde el otro lado del tabique.

2 comentarios:

Eduardo dijo...

Sabes que yo creo que hay un segundo mensaje? El de la humanidad oculta en todos, el del hombre que no soporta ya su propia existencia siniestra. Un poco al estilo de "De battre, mon coeur est arreté". Un hombre que se odia por su soledad, su fracaso y su maldad no es sino su competencia llevada al extremo. Pero su mente, su "alma" están en otro plano. En un plano que es consciente del bien y el mal. Es el espía, en el fondo, un héroe, cómo Laughton, cuando hablábamos el otro día. Un héroe no vuela. Un héroe sólo dice "no" cuando no puede más.

Cintia dijo...

Me gustó mucho este film!
Y sí, me parece que tenés razón en que se basa en la lucha interna del protagonista entre cumplir su deber y darle cabida a los sentimientos que le produce la historia de los personajes que vigila...
El final es muy conmovedor.

Besotessss

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!